Actualizado: 15/12/2021
Investigadores del Laboratorio de Electrónica Orgánica de la Universidad de Linköping han desarrollado la primera batería orgánica de flujo redox. Un tipo de batería con una gran capacidad que se puede usar para almacenar energía eólica o solar, así como batería para automóviles.
Las baterías de flujo redox son baterías estacionarias en las que la energía se encuentra en el electrolito, fuera de la propia célula, como en una pila de combustible.
Las baterías de flujo redox a menudo contienen vanadio, un metal escaso y caro. El electrolito en el que se almacena la energía en una batería de flujo redox puede ser de base acuosa, lo que hace que la batería sea segura en su uso, pero da lugar a una menor densidad de energía.
Mikhail Vagin, ingeniero de la Universidad de Linköping, y sus colegas del Laboratorio de Electrónica Orgánica, Campus Norrköping, han logrado producir no sólo un electrolito a base de agua sino también electrodos de material orgánico, lo que aumenta considerablemente la densidad de energía.
De esta manera es posible fabricar baterías de flujo redox completamente orgánicas para el almacenamiento de, por ejemplo, la energía solar y eólica, y para compensar la variación de carga en la red de suministro eléctrico.
Para los electrodos han usado el polímero conductor PEDOT. El electrolito a base de agua que han desarrollado consiste en una solución de moléculas de quinona, que puede ser extraída de materiales forestales.
Las quinonas pueden derivarse de la madera, pero aquí hemos usado la misma molécula, junto con diferentes variantes del polímero conductor PEDOT. Resulta que son altamente compatibles entre sí, lo que es como un regalo del mundo natural.
Viktor Gueskine, ingeniero Laboratorio de Electrónica Orgánica.
Las baterías orgánicas de flujo redox siguen teniendo una densidad de energía menor que las baterías que contienen vanadio, pero son extremadamente baratas, completamente reciclables, seguras y perfectas para almacenar energía y compensar las variaciones de carga en la red de suministro eléctrico.
Tal vez en el futuro tengamos una batería de flujo redox orgánico en casa o en nuestro coche.
Más información: wiley.com
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