Actualizado: 13/10/2022
El proyecto de Internet «Project Loon» de Alphabet puede haberse desinflado, pero su legado parece que seguirá vivo gracias a un nuevo esfuerzo llamado Project Taara. El equipo ha recuperado la tecnología para ofrecer conectividad a Internet mediante láseres, demostrando su viabilidad en una nueva prueba entre dos ciudades separadas por el río Congo.
El Proyecto Loon, que originalmente era un proyecto paralelo de Google antes de que la empresa matriz Alphabet lo convirtiera en un proyecto propio, tenía el ambicioso objetivo de conectar regiones remotas a Internet mediante el envío de láseres entre globos de gran altitud. Sin embargo, después de años de pruebas exitosas, el proyecto se suspendió en enero de 2021 debido a los elevados costes.
Puede que los globos hayan sido un fracaso, pero los láseres aún tienen vida. Al fin y al cabo, los sistemas de comunicación óptica inalámbrica podrían ayudar a conectar comunidades en las que no es factible construir complejas redes de cables de fibra óptica subterráneos, y en las que el Internet celular o por satélite es irregular o caro.
El Proyecto Taara, de la empresa X de Alphabet, es la última demostración tecnológica en la que el equipo ha transmitido una conexión a Internet desde Brazzaville, en la República del Congo, a la ciudad vecina de Kinshasa, en la República Democrática del Congo. Aunque las ciudades están a sólo 4,8 km de distancia, las fibras ópticas que suministran Internet tienen que recorrer más de 400 km para evitar el río Congo. Por ello, las conexiones a Internet en Kinshasa son mucho más caras.
A lo largo de 20 días, el enlace entregó casi 700 TB de datos a velocidades de hasta 20 Gbps, con una disponibilidad del 99,9%. Por supuesto, la transmisión de un haz estrecho a través del aire libre nunca será perfectamente fiable, debido a los pájaros, la lluvia, la niebla y otras interrupciones, pero conseguir que la conexión sea tan estable es bastante notable.
Gran parte de esto se debe a la tecnología. El láser -invisible a simple vista- tiene la anchura de un palillo y puede alcanzar con precisión un objetivo de sólo 5 cm de ancho a 10 km de distancia. El terminal receptor está diseñado para detectar la luz del emisor y fijarla, ajustando automáticamente un espejo para mantener la conexión aunque el haz se tambalee.
Aun así, incluso con esa tecnología de seguimiento, el clima de algunas regiones no será adecuado para la comunicación óptica inalámbrica. Pero el equipo afirma que la mayor parte del mundo debería poder obtener al menos un 90% de disponibilidad anual.
Es al menos una herramienta más para conectar regiones remotas y permitirles un acceso a Internet más fiable e, idealmente, más asequible.
Más información: x.company
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