Las superficies transparentes son responsables de gran parte de la pérdida de calor en los edificios. Estos son algunos consejos para arreglar las ventanas y puertas y tener una casa con un buen rendimiento energético.
Las superficies transparentes son, por lo general, responsables de una gran parte de las pérdidas de calor en los edificios, más aún cuando éstas están formadas por elementos de vidrio de escaso rendimiento.
El sistema de ventanas es de gran importancia, debe garantizar el bienestar ambiental, es decir, el intercambio con el exterior, la entrada de la radiación solar, el confort visual, termohigrométrico, olfativo y acústico, y debe constituir una barrera termoacústica, de seguridad y de resistencia a la intemperie.
La sustitución de ventanas y puertas suele suponer una mejora significativa del rendimiento energético del edificio, ya que las técnicas de construcción en este ámbito han avanzado mucho.
Sin embargo, me gustaría destacar algunas posibles intervenciones en las ventanas y puertas existentes que pueden considerarse antes de abordar la sustitución total. Obviamente, esto debe hacerse con un espíritu conservador y ecológico, y no centrándose únicamente en la eficacia del resultado.
- La primera comprobación que hay que hacer es la de las juntas colocadas en los galces de las hojas que, si están en mal estado, pueden sustituirse fácilmente y con un pequeño coste: es necesario comprobar periódicamente el estado de las puertas y ventanas para asegurarse de que no hay infiltraciones de aire, principal causa de la dispersión del calor. Si las ventanas y puertas son especialmente antiguas y, por tanto, carecen de estas juntas, es necesario ponerlas.
- Insertar un segundo cristal, si el marco de la ventana es de un solo cristal y tiene un marco de madera lo suficientemente grueso que lo permita; hablamos de edificios históricos en los que el marco también tiene un valor arquitectónico. Ten en cuenta que el cambio de un acristalamiento simple a un doble acristalamiento «de baja emisividad» puede reducir las fugas de las ventanas hasta en un 50-60%, suponiendo un buen sellado de las juntas.
- Instalación de un segundo marco de ventana, una intervención no invasiva ya que no requiere ningún desmontaje; consiste en insertar dentro o fuera del marco de ventana existente otro marco de ventana con altas prestaciones térmicas y acústicas. Sin embargo, esta intervención requiere un cierto grosor de la mampostería para alojar un segundo marco de ventana, y el resultado estético no siempre es agradable.
- Instalación de láminas reflectantes del calor en los cristales existentes, que permiten atenuar la radiación solar si la exposición de un determinado marco de ventana se ve afectada por el sobrecalentamiento de una habitación adyacente. Sin embargo, esto reducirá el consumo de calefacción en invierno.
- Instalación de láminas de baja emisividad que reducen la transmitancia del cristal de infrarrojos cercanos, reteniendo así más calor en el interior del edificio.
- Películas que combinan los dos elementos, que no siempre van juntos. Si estamos en una zona de clima frío, la baja emisividad es útil, pero la reflectividad térmica es una desventaja para la contribución gratuita que la ventana puede hacer a la casa en invierno: en una zona de clima cálido, ocurre exactamente lo contrario, o más bien la baja emisividad es menos ventajosa que la reflexión.
- Varios estudios experimentales han demostrado que la inserción de cortinas pesadas puede reducir las pérdidas de transmisión hasta en un 40% (en la antigüedad, las telas tenían esta función en las viviendas nobles).
- Hay que tener en cuenta, casi tanto como las cortinas, que las persianas también contribuyen a reducir sustancialmente la pérdida de calor por una ventana.
- Muchas fugas de aire en el marco de la ventana también pueden eliminarse simplemente utilizando silicona.
- El cajón de la persiana suele caracterizarse por una considerable pérdida de calor, ya que a menudo no está aislado; las labores de aislamiento son bastante sencillas y económicas si se dispone del espacio necesario (al menos 2 cm) y consisten en introducir un panel aislante en el interior del cajón. Los cajones de las persianas y los bajos de las ventanas son, de hecho, dos puntos críticos para muchos edificios construidos en décadas pasadas. Las cajas de persiana instaladas son antiguas y muy frecuentemente hay una porción de mampostería debajo de las ventanas que es más fina que el resto de la pared, hecha para facilitar la instalación de radiadores. Durante el invierno, estas zonas son puntos fríos, debido a la discontinuidad de los materiales utilizados o a la geometría. Solucionar el puente térmico en la caja que contiene la persiana no significa necesariamente sustituirla e instalar una nueva. Hoy en día existen materiales adecuados para aislar las estructuras existentes, mejorando el cajón de la persiana existente incluso con pequeños espesores.
- Las persianas venecianas reflectantes y las pantallas aislantes interiores pueden ser un complemento interesante para mejorar el rendimiento del marco de la ventana, si son arquitectónicamente compatibles, ya que pueden conseguir mejoras de hasta el 50-60%.
- En el caso de problemas de sobrecalentamiento en verano, en algunas zonas acristaladas puede ser de gran ayuda la inserción de sistemas más invasivos visualmente, como el sombreado exterior, ya que pueden ofrecer un beneficio incluso superior al 60%.
Si consideras que ninguna de las intervenciones mencionadas es decisiva, debería pensar en sustituir el propio marco de la ventana, que hoy en día está formado por un marco y un cristal de altas prestaciones.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que las ventanas y las puertas suelen tener una vida útil más corta que la del edificio, ya que están expuestas diariamente a condiciones ambientales que hacen que se deterioren gradualmente.
La velocidad de deterioro depende de muchos factores, como la forma geométrica, los detalles de fabricación, la composición, la porosidad y la fijación por sustancias corrosivas, la contaminación y la humedad ambiental, la exposición a la luz solar y las variaciones térmicas, el modo de uso y la falta de mantenimiento.
Entre los parámetros que hay que tener en cuenta a la hora de identificar la tecnología adecuada están la resistencia mecánica, que garantiza la seguridad y afecta a la durabilidad y la protección frente a los agentes medioambientales. La estanqueidad es un parámetro de suma importancia, ya que protege de las precipitaciones, como la lluvia y la nieve.
Con el paso de los años, y siguiendo la evolución de los conceptos de salud e higiene, los elementos transparentes, como las ventanas, las franjas acristaladas y las claraboyas, han adquirido nuevos valores estéticos y funcionales.
En los edificios nobles, en particular, la ventana era el elemento más característico de la fachada. En el siglo XX, la envoltura se convirtió en un elemento de conexión dinámico capaz de regular las prestaciones internas en función de las condiciones climáticas externas.
A la hora de elegir una nueva superficie de ventana, hay que prestar especial atención no sólo al valor de transmitancia, UW/m2K (el mismo que el valor de calidad de los materiales aislantes de la envolvente de la vivienda), sino también a otros factores y coeficientes, como:
- El factor solar «g», también conocido como factor de ganancia solar, que representa la relación entre el flujo total de energía solar transmitido por el vidrio y el flujo que incide sobre él.
- El factor de transmisión de la luz «TL», que expresa el porcentaje de radiación visible que se transmite directamente a través del vidrio.
A continuación se presentan las tecnologías más populares del mercado actual para guiarte a la hora de tomar una decisión más informada.
En la actualidad, las ventanas con rotura de puente térmico son casi la norma, gracias a la inserción de material aislante en el perfil que interrumpe el flujo térmico, reduciendo la pérdida de calor.
También hay acristalamiento de control solar, utilizado para reducir la ganancia de calor solar y el deslumbramiento en los meses de verano y para maximizar la transmisión de calor y luz natural en los meses de invierno.
El consejo de optar por soluciones no derivadas del petróleo, como la madera, el aluminio y las mezclas de aluminio y madera, sigue siendo válido.
El tipo de vidrio utilizado es el doble acristalamiento; sin embargo, si tiene la oportunidad de sustituir el marco de la ventana, es aún más eficaz optar por el triple acristalamiento, en cuyo interior, al igual que en el doble acristalamiento, se encuentran gases inertes que reducen la conductividad (como el argón).
También es posible insertar, en el interior de la cavidad entre los dos cristales, persianas venecianas que solucionan muy eficazmente el oscurecimiento de la habitación y la reflectividad térmica, aunque, como la apertura y el cierre están garantizados por un sistema motorizado, pueden ser un factor crítico en cuanto a la durabilidad, la fiabilidad y la reparabilidad en caso de fallo.
Un parámetro para orientarse en la elección podría ser un acristalamiento de baja emisividad con Ug=1,1 W/m2K y unos marcos con Uf=1,8 W/m2K. La media de las dos indica la transmitancia total expresada normalmente en Uw (w significa ventana).
También debemos señalar un factor decisivo y fundamental para un aislamiento realmente eficaz: la correcta instalación de ventanas y puertas. Debe realizarse escrupulosamente y confiarse a instaladores verdaderamente profesionales. Hay que prestar mucha atención al modo en que se ancla el marco fijo a la mampostería, y al modo en que se ancla el marco al alféizar de la ventana, para evitar los puentes térmicos y tener marcos herméticos. A menudo sucede que se encuentran marcos fantásticos con corrientes de aire embarazosas, causadas por una instalación apresurada y aproximada.
Las razones para invertir en puertas y ventanas energéticamente eficientes con muchas y muy variadas, en cualquier caso, invertir en ventanas energéticamente eficientes es siempre una decisión inteligente.
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