Actualizado: 30/06/2022
Cosmética y ética son dos palabras muy parecidas, pero la primera no siempre incluye la segunda. Porque la industria cosmética tradicional no ha puesto el acento en el respeto al medio ambiente y la justicia social en sus procesos de desarrollo y fabricación.
Más bien se ha centrado, como otras industrias a minimizar costes y maximizar beneficios sin prestar atención al impacto de su actividad en el entorno. Por eso Saigu Cosmetics surgió para liderar un giro sostenible en España y demostrar que algo tan cotidiano como maquillarse puede convertirse en un acto de concienciación ambiental.
El origen de esta marca de maquillaje sostenible se remonta a 2018. Gerard Prats -un químico especializado en cosmética y muy sensible al impacto ecológico de esta industria- decidió pasar a la acción y aplicarse esa máxima que afirma que debemos convertirnos en el cambio que queremos ver en el mundo.
Le trasladó sus inquietudes a su amigo de infancia David Hart, un emprendedor especializado en marketing online. Y juntos empezaron a darle forma a un reto tan desafiante como inspirador: lograr encontrar la fórmula que les permitiese crear cosméticos de alta calidad, pero sostenibles y procedentes de cultivos ecológicos.
Tras más de un año de investigaciones, reflexiones y muchas pruebas para dar con el resultado deseado, surgió ‘Saigu’. No es casualidad que el nombre esta marca suene muy parecido a ‘s’aigua’, que significa ‘agua’ en menorquín, ya que ambos amigos crecieron juntos en la isla balear y quisieron plasmar en sus productos los valores de transparencia, amor por la naturaleza y cercanía que les evocaban las preciosas aguas menorquinas de su infancia.
Productos de proximidad, un compromiso ético
No en vano, uno de los pilares de Saigu es la apuesta por productos de proximidad. Porque, tal y como recalca Gerard, no basta con emplear ingredientes naturales si éstos proceden de la otra punta del mundo y generan una enorme huella de carbono en su transporte hasta España.
Por ello, han optado por poner en valor los abundantes recursos naturales con los que contamos en el Mediterráneo: desde la jojoba que emplean en sus cosméticos para hidratar e iluminar la piel hasta el romero, que constituye uno de los mejores antioxidantes naturales que existen.
La apuesta por la proximidad no se debe únicamente a la búsqueda de sostenibilidad y calidad y en sus productos, sino que les permite garantizar que todas las personas implicadas en el proceso –desde el cultivo hasta el envasado– trabajen en buenas condiciones laborales.
Esto sería mucho más difícil de controlar si siguieran el modelo imperante en la industria cosmética, que se basa en comprar a proveedores en países asiáticos donde la legislación laboral es mucho menos garantista. En Saigu, en cambio, miman cada detalle del proceso: todos los productos son manufacturados en un laboratorio propio, donde crean las fórmulas, buscan las mezclas idóneas y empaquetan los cosméticos que después envían a sus consumidores.
Nuevos productos
Este firme compromiso ético conecta con otro de los principales valores de Saigu: la transparencia. Desde esta marca creen en una comunicación basada en la empatía, por lo que tratan de divulgar los beneficios de la cosmética ecológica sin caer en eslóganes simplistas o alarmistas.
Esta honestidad es otro de los factores que se encuentran detrás del crecimiento de Saigu. Empezaron comercializando cuatro cosméticos que contaban con entre un 99,4% y un 100% de ingredientes naturales: una base fluida, una máscara de pestañas, una línea de pintalabios mates y otra de labiales cremosos.
La buena acogida que ha tenido su iniciativa les ha llevado a ampliar su catálogo en los últimos meses con la línea de pintalabios ‘Velvet’, elaborados con ingredientes 100% veganos y caracterizados por su textura sedosa y sus tonos terracota.
A esta novedad se le han unido, en las últimas semanas, dos de los cosméticos que más demandaban sus consumidores: un corrector que por su alto contenido de aceites naturales no se limita a cubrir imperfecciones, sino que protege e hidrata la piel; y un iluminador recién salido del laboratorio y que puede convertirse en el aliado perfecto de quienes buscan realzar su belleza natural sin que esto implique perjudicar la salud del planeta.
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