Actualizado: 05/07/2024
La startup australiana Amber Electric afirma que los clientes que utilizan la plataforma de gestión de baterías domésticas SmartShift han ganado un total de 60.000 dólares en el último trimestre, simplemente por exportar su energía solar almacenada.
En febrero, Amber puso a disposición de sus clientes la versión beta de su aplicación SmartShift, que ofrece un servicio que automatiza la carga de las baterías cuando la energía es más barata, a través de las renovables, y la descarga cuando la energía es más cara.
Los clientes que utilizan la aplicación descubrieron rápidamente la capacidad del software para ganar entre 40 y 100 dólares en una sola noche enviando energía a la red durante los picos de precios, que han sido muchos en el último año.
En una presentación realizada en la conferencia y exposición All-Energy Australia, el cofundador y codirector ejecutivo de Amber, Dan Adams, afirma que en plena crisis energética, cuando los grandes generadores de carbón y gas cobraban cien veces más que los precios normales, los clientes de Amber se beneficiaron de ello.
Adams afirma que los clientes de SmartShift ganaban 16 dólares/kWh al exportar cuando los precios se disparaban y, como resultado, a veces ganaban hasta 100 dólares en un día, todo ello mientras desplazaban los combustibles fósiles.
SmartShift actualizado.
La empresa lanzará una versión actualizada de SmartShift, y habla de la oportunidad de obtener mayores beneficios que tienen los clientes al optimizar el almacenamiento de la batería de su vehículo eléctrico.
La batería de un vehículo eléctrico es 5 veces mayor que la de una casa.
Y pronto la tecnología «Vehicle to Grid» podría permitir a los hogares cobrar unos 1000 dólares al año por exportar la energía de su vehículo eléctrico a la red.
Dan Adams
Como señala Amber, el operador del mercado energético australiano prevé 2,3 millones de vehículos eléctricos y 1,9 millones de baterías domésticas para 2030.
Adams afirma que si se pudiera utilizar sólo la mitad de esta capacidad de las baterías de los consumidores, se podría satisfacer la mayor parte de las necesidades de almacenamiento de energía para la transición renovable en 2030.
Controles inteligentes: la clave.
El reto que hay que superar es el del control: desarrollar un software que automatice y coordine todas esas baterías para que se carguen cuando haya renovables en la red y se descarguen cuando la red necesite esa energía para desplazar el carbón y el gas.
Coordinando de forma inteligente las baterías domésticas y los vehículos eléctricos, será la forma más barata y rápida de conseguir que Australia llegue al 100% de energía renovable.
Además, en el proceso, desplazará miles de millones de los combustibles fósiles a los bolsillos de los australianos.
Nadie ha conseguido esto a gran escala. Es un reto al que se enfrenta el mundo entero y lo estamos abordando de lleno, aquí en Australia, con la ayuda de los usuarios de energía australianos.
Dan Adams
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