Actualizado: 03/03/2023
El V2G es un incentivo para promover la transición hacia la movilidad eléctrica pero, también, un colchón a futuro para garantizar la capacidad de las redes para abastecer la demanda de energía. ¿No tienes claro lo que es esta tecnología o, directamente, no te suena de nada? Normal, porque en España ni está ni se la espera, al menos por el momento. No obstante, te explicamos de qué se trata, dónde y por qué la están impulsando eléctricas y fabricantes, y qué beneficios aporta a los propietarios de un coche eléctrico o, dicho de otra forma, qué es exactamente lo que te estás perdiendo a falta de esta tecnología.
Qué es la tecnología V2G.
V2G es el acrónimo de vehicle-to-grid. Traducido al español, el significado sería ‘vehículo conectado a la red’. Vehículo, eso sí, que no sea de gasolina o diésel, sino con motor eléctrico. ¿Tienes un eléctrico o un híbrido? Ahí sí entran en juego estos sistemas con los que, para simplificar, las baterías del coche funcionan como las baterías de almacenamiento doméstico: toman energía de la red para recargar y tener el vehículo listo para el próximo trayecto pero, al mismo tiempo, devuelven los excedentes al sistema eléctrico, en este caso, cuando la red los necesita.
Dónde se ha promovido y por qué.
Aunque aún se cuentan prácticamente con los dedos de las manos los lugares en los que el V2G es posible, fabricantes y expertos ven en esta opción varias ventajas aunque, también, algunos inconvenientes.
Entre los puntos positivos figura el potencial de esta tecnología para servir como incentivo para pasarse a los vehículos eléctricos y avanzar así hacia una movilidad más sostenible. El tránsito de modelo es clave, con países como Francia que ya han puesto fecha límite a los vehículos de gasolina o diésel.
Otro aspecto esencial por el que estas iniciativas se están activando, necesariamente con la colaboración de las eléctricas del territorio en el que se ponen en marcha, es que las previsiones a futuro sobre el aumento de la demanda de energía preocupan en este sector. ¿Serán las redes capaces de aguantar y garantizar el abastecimiento? Ante la duda, sumar fuentes que aporten energía será sin duda determinante.
«Estamos mirando al futuro para garantizar que tenemos la capacidad de cubrir la demanda eléctrica nacional; nuestro trabajo es asegurar la red nacional de transmisión de cara al futuro». Quien defiende esta tesis es uno de los consejeros de la eléctrica inglesa National Grid que, precisamente, se ha embarcado en uno de los proyectos de V2G en ese país.
Aunque hay varias iniciativas en proyecto en distintos puntos del planeta, además de en marcha en Estados Unidos, en el viejo continente Inglaterra y Dinamarca, están en la vanguardia en este sentido. En este último país, Nissan, la multinacional ENEL y la experta californiana Nuvve pusieron en marcha el primer centro V2G comercial del mundo.
¿Qué te pierdes sin los sistemas V2G?
Pues bastante. Aunque por la red circulan estimaciones más elevadas, Nissan y ENEL estiman el beneficio para cada propietario de un vehículo conectado en 1.300 euros anuales solo por tenerlo a disposición de la red eléctrica. Así, si se llega a un pico de demanda, esta tomaría energía de los vehículos que estuvieran conectados en ese momento.
La eléctrica es, por tanto, la que aporta esas cantidades que, obviamente, varían según el tiempo de conexión del turismo. Hasta aquí, todo positivo. Sin embargo, un asunto que despierta recelos es la carga y descarga de las baterías y la incidencia sobre estos sistemas. En principio, aunque es inevitable, los promotores de este tipo de iniciativas consideran que las mejoras que están por llegar en el mundo de las baterías mitigarán el impacto, como lo hará que el número de vehículos conectados crezca.
Esto último, por cierto, no parece tener visos de ocurrir en España, ni por la dinámica del sistema eléctrico, ni por la iniciativa política en materia de energías alternativas. Tampoco ayuda la todavía escasa penetración de los vehículos híbridos y eléctricos. Solo 5 de cada 100 vehículos matriculados en España en 2017 eran respetuosos con el medioambiente, según datos de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC).
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