Actualizado: 22/10/2022
El plan «RePowerEU» de la UE pretende acelerar el despliegue de las bombas de calor, lo que incluye duplicar la tasa de implantación en los próximos cinco años.
Desde que comenzó la guerra en Ucrania, la política energética en Europa ha experimentado un cambio de 180º. Las bombas de calor han sido siempre, sin duda, una tecnología crítica para la descarbonización del calor, no sólo en Europa sino en todo el mundo.
Además de ser vitales para la descarbonización, las bombas de calor se consideran una tecnología fundamental para mejorar la seguridad energética de la Unión Europea y reducir las importaciones de gas ruso.
¿Por qué bombas de calor?
Aunque las bombas de calor usan electricidad, el calor que una bomba de calor traslada a un edificio es energía inagotable procedente del medio ambiente.
Las bombas de calor proporcionan mucho más calor útil que la electricidad usada para alimentarlas, lo que las convierte en una tecnología rentable para descarbonizar la calefacción de espacios y agua en los edificios.
Una bomba de calor que funcione con electricidad producida únicamente con gas fósil reduciría el uso total de gas y las emisiones de gases de efecto invernadero. Pero a medida que la cuota de electricidad con bajas emisiones de carbono siga creciendo en toda Europa en las próximas décadas, también lo hará el ahorro de gas y la reducción de emisiones que aportan las bombas de calor.
Esta combinación de eficiencia y capacidad de utilizar electricidad con bajas emisiones de carbono explica por qué las bombas de calor desempeñan un papel fundamental en la descarbonización de la calefacción en los edificios, las redes de calefacción urbana y los procesos industriales de baja temperatura para numerosos estudios sobre la vía de descarbonización.
Bombas de calor, eficiencia energética.
El plan «RePowerEU» de la Unión Europea pretende acelerar el despliegue de las bombas de calor, incluso duplicando la tasa de implantación en los próximos cinco años. Para lograr este ritmo acelerado de cambio será necesario que los Estados miembros tomen muchas más medidas antes de la introducción de la nueva legislación.
La prohibición de la calefacción con combustibles fósiles es una medida política obvia y fundamental. Países Bajos y Dinamarca, ya han adoptado medidas para prohibir el gas en los nuevos edificios.
Un nuevo etiquetado energético y normas de diseño ecológico para los aparatos de calefacción evitaría la venta de nuevas calderas de condensación de gas menos eficientes en el mercado de la Unión Europea. Esta norma mínima de rendimiento energético debería combinarse con la prohibición de la calefacción fósil con tiempos de espera razonables.
En el corto plazo, los gobiernos nacionales deberían asegurarse de ofrecer financiación a los hogares para que adquieran bombas de calor, siendo las subvenciones una opción sencilla.
Hay mucho que hacer y muy poco tiempo.
El reto ahora es aplicar rápidamente políticas a nivel nacional que impulsen un cambio inmediato, para proporcionar un cambio estructural de la calefacción por combustibles fósiles en el futuro.
Marcelo dice
Me parece que hay un herror en el párrafo donde dice, dio un giro de 360 grados, eso sería volver al mismo lugar….