Actualizado: 18/12/2022
Científicos y expertos de todo el mundo vienen preguntándose desde hace años cuáles son los mejores materiales para producir combustibles solares de manera eficiente y a bajo coste. Pues bien, un equipo de investigadores de Estados Unidos del Lawrence Berkeley National Laboratory están llevando a cabo una investigación que busca descubrir nuevas maneras de convertir el agua en el combustible del futuro de forma económica y eficiente.
¿Qué son los combustibles solares?
Los combustibles solares convierten la energía del sol en combustible líquido imitando el proceso de fotosíntesis de las plantas: capturar la energía del sol y almacenarla en una serie de enlaces químicos a través de la división del agua y el dióxido de carbono.
Estos combustibles pueden ser utilizados como fuente de energía para calentar edificios, generar electricidad o impulsar vehículos.
Hay diferentes tipos de combustibles solares, cada uno con sus propias características y aplicaciones. Algunos ejemplos de combustibles solares incluyen:
- Hidrógeno: El hidrógeno es un combustible que se produce a partir de la energía solar y puede ser utilizado como una fuente de energía para generar electricidad o para impulsar vehículos. El proceso de producción del hidrógeno se conoce como fotolisis del agua, y consiste en utilizar la energía solar para dividir la molécula de agua en hidrógeno y oxígeno.
- Metanol: El metanol es un alcohol que se puede producir a partir de la energía solar y puede ser utilizado como combustible en vehículos o para generar electricidad. El proceso de producción del metanol se conoce como fotoquímica, y consiste en utilizar la energía solar para convertir la materia orgánica en metanol.
- Dióxido de carbono: El dióxido de carbono es un gas que se puede producir a partir de la energía solar y puede ser utilizado como combustible en vehículos o para generar electricidad. El proceso de producción del dióxido de carbono se conoce como fotoelectroquímica, y consiste en utilizar la energía solar para convertir el dióxido de carbono en electricidad.
Los combustibles solares tienen el potencial de ser una fuente de energía limpia y renovable, ya que se producen a partir de la energía solar y no emiten gases de efecto invernadero durante su uso. Sin embargo, todavía se encuentran en fase de desarrollo y hay muchos desafíos técnicos y económicos por superar para hacerlos más accesibles y ampliamente utilizados.
¿Cómo se obtienen los combustibles solares?
Los combustibles solares se obtienen a partir de la energía solar mediante procesos químicos especiales. Algunos de estos procesos incluyen:
- Fotolisis del agua: La fotolisis del agua es un proceso químico en el que se utiliza la energía solar para dividir la molécula de agua en hidrógeno y oxígeno. El hidrógeno obtenido puede ser utilizado como combustible para generar electricidad o para impulsar vehículos.
- Fotoquímica: La fotoquímica es un proceso químico en el que se utiliza la energía solar para convertir la materia orgánica en metanol. El metanol obtenido puede ser utilizado como combustible en vehículos o para generar electricidad.
- Fotoelectroquímica: La fotoelectroquímica es un proceso químico en el que se utiliza la energía solar para convertir el dióxido de carbono en electricidad. El dióxido de carbono obtenido puede ser utilizado como combustible en vehículos o para generar electricidad.
Una molécula de agua se compone de dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno. Separar los átomos del hidrógeno del oxígeno es un proceso muy costoso, tanto a nivel energético como económico. Por lo tanto, se hace necesario el uso de catalizadores; unos compuestos que rebajan la energía necesaria hasta un determinado nivel en el que la luz solar sea eficiente. Cuando se separan los hidrógenos, se combinan con dióxido de carbono, para obtener hidrocarburos.
Estos procesos requieren el uso de dispositivos especiales llamados células solares, que son capaces de captar la energía solar y convertirla en electricidad. Las células solares se fabrican a partir de materiales semiconductores como el silicio y se encuentran en una gran variedad de aplicaciones, desde paneles solares para la generación de electricidad hasta dispositivos portátiles como las calculadoras solares.
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