Actualizado: 05/11/2022
Adoptar las decisiones adecuadas en materia energética puede marcar una gran diferencia entre un país que quiere avanzar y un país prisionero del pasado. De esta forma, Alemania sabe que la energía renovable es el futuro y están apostando firmemente por ella.
Para ello esta impulsando una revolución renovable, siendo la energía eólica y solar sus puntos de apoyo más importantes. Si miramos un poco hacia atrás, en 2009, Alemania solo tenía 3,8 GW de capacidad instalada. Tras seis años, en 2015, alcanzó una capacidad instalada de más de 43 GW, la más alta de Europa y una de las más altas del mundo.
En 2012, durante dos días consecutivos, las plantas de energía solar fotovoltaicas de Alemania generaron 22.000 MWh al mediodía, equivalentes a la potencia de generación de veinte centrales nucleares.
El miércoles 15 de abril, la fotovoltaica alemana estableció un nuevo récord de producción en 27,7 GWh y el precio de la luz en Alemania fue de -1 euro/MWh durante dos horas.
De acuerdo a datos de un informe de Energía Limpia XXI, la revolución renovable de Alemania (Energiewende) está en pleno apogéo, reemplazando al carbón, el petróleo y la energía nuclear por energía eólica, solar, biomasa y otras renovables. En septiembre pasado la Asociación Alemana de Agua y Energía informó que la energía limpia, principalmente eólica y solar, ya duplica la generación con energía nuclear.
Y es que Alemania también quiere alimentar sus vehículos con energía renovable y no con petróleo. Ya se han puesto manos a la obra y han preparado un plan de ayudas, junto a la industria automovilística, para que en 2020 haya un millón de coches eléctricos circulando por sus carreteras.
Además la energía solar ya es más barata que los combustibles fósiles. Este país está otorgando incentivos y subsidios para la instalación de paneles solares en los sistemas de calefacción. En 2010 las energías renovables generaron más de 370 mil empleos en Alemania demostrando la importancia de este sector, más allá de la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Alemania es el país que más comprometido ha estado con este cambio mediante su famoso “Energiewende”, o plan de reconversión energética aprobado hace cuatro años, tiene como objetivo reemplazar la energía nuclear y de origen fósil (es decir, el gas natural, el carbón y el petróleo, carbón) por energías renovables (como la eólica, la solar y la biomasa) buscando la protección del medio ambiente, costos asequibles para la población alemana y la seguridad energética del país.
Es en este contexto que durante los últimos años Alemania ha alcanzado un nuevo récord mundial al producir sus centrales de energía solar fotovoltaica 22 gigavatios de electricidad por hora, lo equivalente a la producción de 20 centrales nucleares. Energía Limpia XXI destaca que actualmente la capacidad instalada de Alemania para generar esta energía fotovoltaica es similar a la del total del resto del mundo y provee cerca del 20% de la energía que consume dicha nación.
Pero, mientras que los precios al por mayor cayeron un 13 % en el último año, los subsidios para financiar el plan Energiewende han subido las facturas de los consumidores alemanes a la segunda posición en la Unión Europea, después de Dinamarca. Los precios domésticos aumentaron un 2 % en 2014 respecto al año anterior, así nos lo muestran los datos de Eurostat.
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