Actualizado: 10/05/2021
El bioquímico francés Pierre Calleja es el creador de esta lámpara alimentada por algas (micro-algas), que absorbe CO2 y produce luz. La idea es utilizar esta tecnología para reemplazar las bombillas tradicionales en espacios públicos o garajes. La primera que se ha instalado está en el Distrito 14 de París, justo en frente de metro Alésia.
Su funcionamiento es totalmente independiente de la red eléctrica. La lógica del proceso es aprovechar la fotosíntesis de las algas verdes brillantes para producir energía. Las ventanas de plexiglás transparente permite a las algas utilizar parte de la luz solar, mientras que los LED, conectados a la red eléctrica, iluminan el interior para compensar la falta de luz necesaria para la supervivencia de las plantas.
El proceso ocurre en un tubo lleno de algas que, a través de la reacción natural, llevan a cabo fotosíntesis, generando energía y luminosidad, alimentadas por el CO2 del ambiente exterior. cada una de estas lamparas consumirá 1 tonelada de CO2 al año.
Según el inventor, que trabaja con su equipo en la empresa FermentAlg, cada lámpara de algas es capaz de absorber anualmente, en promedio, una tonelada de carbono, la misma cantidad capturada por 150 árboles.
Si la arquitectura moderna usará esta tecnología en las azoteas y ventanas de los edificios, técnicamente se estarían plantando miles de arboles que limpiarían el aire.
La sugerencia del inventor es utilizar el sistema en las zonas comunes, para eliminar el gasto en electricidad y ayudar a reducir los niveles de contaminación local. Un mismo sistema proporciona dos importantes beneficios a la vez.
Para permitir crecer nuevas algas, las algas serán regularmente purgadas y enviadas a una planta de tratamiento, donde servirán para la obtención de Biometano. ¡Nada se pierde!
Las algas son una de las fuentes para producir biocombustibles como el bioetanol, biobutanol y biodiésel.
Ana Cano dice
un gran descubrimiento, es importante el beneficio que tiene.