La sostenibilidad y el ahorro han convertido a la eficiencia energética en algo clave para las familias.
Tanto desde el punto de vista del ahorro como por motivos medioambientales, mejorar la eficiencia energética en el hogar es cada día más importante. Con los precios al alza de la energía, aplicar una serie de medidas prácticas para optimizar el consumo puede suponer un importante ahorro en las facturas mensuales. Además, apostar por invertir en energías renovables como la solar contribuye a optimizar los recursos y cuidar del planeta.
¿Qué es la eficiencia energética y cómo lograrla?
El término eficiencia energética se refiere a la optimización del consumo sin que merme el rendimiento y, por tanto, el confort de los habitantes del hogar. Para lograr un ahorro energético sustancial es necesario, por un lado, implementar algunos cambios de hábitos en el consumo de energía por parte de sus habitantes y, por otro, se pueden aplicar una serie de mejoras en las instalaciones.
- Instalación de placas solares para autoconsumo: España es uno de los países europeos con más días de sol al año, lo que ofrece la oportunidad de instalar paneles solares en casa para generar nuestra propia energía de forma totalmente sostenible. Las principales compañías energéticas como Repsol, Iberdrola o Endesa ofrecen planes de autoconsumo fotovoltaico que pueden suponer hasta un 70% de ahorro.
- Contar con un correcto aislamiento: es fundamental revisar el aislamiento de puertas y ventanas para mantener una correcta temperatura en el hogar sin desperdiciar energía. Las cortinas y persianas también contribuyen a evitar fugas de calor o frío. Además, no es conveniente exagerar, ya que los especialistas han determinado que la temperatura ideal para una casa oscila entre los 25 grados en verano y los 21 en invierno. Existen en el mercado termostatos programables que resultan muy prácticos que permiten fijar la temperatura y los horarios de encendido y apagado de la calefacción y el aire acondicionado.
- Evitar que los dispositivos electrónicos se queden en reposo: las televisiones, las consolas de videojuegos o los altavoces siguen consumiendo energía mientras siguen conectados a la red, incluso si están en modo reposo, por ello es importante asegurarse de apagarlos completamente cuando no se están usando. Un buen truco es utilizar ladrones o regletas con botón de encendido y pagado para poder desconectarlo todo de una sola vez. Además, los expertos aseguran que este gesto alarga la vida útil de los aparatos.
- Cambiar las bombillas tradicionales por LEDs o halógenos de bajo consumo: aunque pueden resultar algo más caras, las bombillas de bajo consumo resultan una gran inversión a largo plazo, ya que consumen hasta cuatro veces menos que las normales. Además, es conveniente solicitar que un experto revise cada cierto tiempo la instalación eléctrica de la casa y nos asesore sobre si la potencia que tenemos es la más adecuada a nuestras necesidades.
- Regular la temperatura del frigorífico: normalmente las neveras y congeladores son el electrodoméstico que más consume en una vivienda. Puede llegar a suponer hasta un 15% del consumo total; por ello es importante comprobar qué calificación energética tiene para saber si convendría cambiarla por otra de menor consumo. Además, es aconsejable revisar la temperatura para que no haya un exceso de consumo innecesario. Lo recomendable es -5º en el frigorífico y -18º en el congelador.
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