Investigadores del IICA y el INIA han desarrollado técnicas genéticas para hacer que la planta de arroz sea más resistente al cambio climático y más eficiente en el uso de agua. Esto ha reducido el consumo de agua de 23.000 a 12.000 metros cúbicos por hectárea.
- Nueva variedad de arroz Jaspe Flar: 12 años de investigación.
- No requiere inundación: Reduce el consumo de agua en un 50 %.
- Ciclo corto: Un mes menos que variedades comerciales.
- Mayor flexibilidad en la siembra y adaptación al cambio climático.
- Alto rendimiento: Hasta 10 t/ha bajo riego por goteo.
- Menor emisión de metano: Agricultura más sostenible.
- En fase de multiplicación: Pronto disponible para productores.
Innovación en el cultivo de arroz: el impacto de Jaspe Flar
La variedad de arroz Jaspe Flar representa un avance significativo para la agricultura chilena. Desarrollada tras 12 años de investigación por el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), en colaboración con el Fondo Latinoamericano de Arroz Bajo Riego (FLAR) y la industria nacional Carozzi-Tucapel, esta variedad se adapta a las nuevas condiciones climáticas con menos agua y mayor eficiencia.
Una respuesta al cambio climático
Uno de los principales desafíos para la producción de arroz es la disponibilidad de agua. Tradicionalmente, este cultivo requiere de campos inundados, lo que genera un alto consumo hídrico y emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, Jaspe Flar reduce el consumo de agua en un 50 % al desarrollarse bajo riego sin necesidad de inundación, lo que permite una mayor sostenibilidad del sistema productivo.
Ventajas agronómicas y flexibilidad en la siembra
La nueva variedad también destaca por su ciclo corto, que es un mes más rápido en comparación con las variedades comerciales actuales. Esto otorga a los productores una ventana de siembra más flexible, permitiendo una mejor adaptación a las variaciones climáticas sin comprometer la producción.
Altos rendimientos y menor impacto ambiental
Bajo condiciones de riego por goteo, Jaspe Flar ha mostrado rendimientos de hasta 10 toneladas por hectárea. Además, al cultivarse sin inundación, se logra una reducción en las emisiones de metano, uno de los principales gases de efecto invernadero asociados a la producción de arroz. Este factor convierte a esta variedad en una opción clave para una agricultura baja en carbono.
Investigación y colaboración público-privada
El desarrollo de Jaspe Flar ha sido posible gracias a la colaboración entre el sector público y privado, destacando el papel del Programa de Mejoramiento Genético de Arroz del INIA. La investigación incluyó evaluaciones en condiciones reales con agricultores, asegurando que la variedad pueda ser implementada de manera efectiva en el sector productivo.
Potencial para un mundo más sostenible
Jaspe Flar no solo ofrece beneficios económicos a los productores, sino que también contribuye a la sostenibilidad del sector agrícola. Su menor consumo de agua, la reducción de emisiones de metano y su capacidad para integrarse en sistemas de rotación con otros cultivos (como maíz, trigo y porotos) la convierten en una alternativa viable frente al cambio climático.
Esta variedad demuestra que la innovación en la agricultura es clave para garantizar la seguridad alimentaria sin comprometer los recursos naturales. Con su próxima disponibilidad para los productores, Jaspe Flar se perfila como un modelo de producción eficiente, adaptable y respetuoso con el medio ambiente.
Vía www.inia.cl
Edy Efraín dice
Os productos que crecen con poca, son también secos y no tienen buen sabor y eso lo comprobé con el camote chileno
Pablo Hurtado dice
Una prueba más de los beneficios y ventajas que tienen los cultivos de vegetales genéticamente modificados; y no causan daño a la salud.