Con la meta de “transformar cualquier residuo en algo bueno”, seis jóvenes biotecnólogos e ingenieros de la energía italianos han diseñado un sistema sostenible que permite extraer de los residuos orgánicos energía limpia y un producto reconstituyente para la tierra, Nutriento, que retiene la humedad e incentiva la bioactividad natural de los suelos.
Los impulsores de la idea, en la que han trabado durante al menos 5 años para hacerla posible a través de BioForceTech, startup recientemente creada en California, han dado forma a todo el proceso y a una planta de tratamiento pionera, que combina el bajo tiempo de procesado con un consumo de energía inferior en un 70% a lo que es habitual para este tipo de procedimientos.
Para ello se ha dado forma a un equipo llamado biosecadora, en el que los residuos se calientan rápidamente para eliminar la humedad de los deshechos y reducir su peso. El calor biológico y la ventilación contribuyen a incrementar el ratio de secado. Asimismo, la mayor proporción de calor biológico se aprovecha para la evaporación de agua ligada y en superficie, de manera que este sistema no requiere de ningún aditivo, químico o combustible fósil.
Una de las partes fundamentales de este sistema es el reactor de pirólisis que incorpora, que permite que el proceso sea sostenible y eficiente. Así, para la descomposición de materia orgánica mediante la aplicación de calor, se ha diseñado un equipo que multiplica la producción de material gaseoso que se quema en un reactor especial en el que no se prende ninguna llama, lo que reduce a cero cualquier tipo de emisión.
Todo el sistema descrito cuenta con la ventaja de reducir el peso de los biosólidos y de otras biomasas en más de un 90%. Lo que queda una vez finalizado el proceso es, precisamente, Nutriento. Esta especie de carboncillo a la que no se le aplica fertilizante alguno se convierte, según sus impulsores, en un añadido perfecto para el tratamiento de los suelos.
Así, según explican, este producto obtenido solo a través de residuos es muy rico en carbono y sus efectos pueden durar en los suelos sobre los que se vierte durante miles de años. En un plazo más corto, esta sustancia mejorará la fertilidad de la tierra, además de favorecer el crecimiento de plantas más saludables, fuertes y con buen sabor. “Mejorará la estructura, porosidad y bioactividad de la tierra, además de favorecer la retención de agua y nutrientes”, aseguran los promotores, que inciden además en que, con Nutriento, se contribuye a la eliminación de miles de toneladas de residuos orgánicos.
Más información en Nutrieno.
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