Actualizado: 05/07/2024
Cada vez que llega el verano, comienza de nuevo el ritual de comprar un nuevo par de endebles chanclas de plástico para la playa. Se gastan, se tiran a la basura y el ciclo se repite año tras año.
Este ciclo de «usarlas y tirarlas» es uno de los que más contribuyen a la contaminación por residuos plásticos en el mundo.
Pero ahora hay un nuevo producto que rompe ese ciclo. Te lo pones y lo plantas. La empresa israelí Balena ha desarrollado lo que describe como el primer producto de moda de plástico totalmente compostable del mundo.
Cuando las chanclas llegan al final de su vida útil, se depositan en un compostador y, en seis meses, se descomponen por completo, dejando sólo un legado verde.
Los plásticos convencionales pueden tardar cientos de años en descomponerse, e incluso entonces, su composición química es tóxica para la Tierra.
Pero Balena ha desarrollado BioCir, un plástico pionero que mantiene su forma y uso como el plástico convencional.
Sólo cuando se expone a las bacterias y condiciones específicas de un sistema de compostaje, se desencadena la descomposición, por lo que los consumidores éticos no tienen que preocuparse de que las chanclas desaparezcan en sus pies.
Balena puso a la venta en Tel Aviv, su ciudad natal, sus primeros 1.000 pares de sandalias BioCir para hombre y mujer, con aroma de canela, junto con puntos de recogida designados para cuando se gasten.
Los propietarios devuelven las zapatillas para que sean trituradas y luego plantadas de nuevo en el suelo para su biodegradación completa en una planta de compostaje industrial local, en lugar de tirarlas a la basura para que vayan a parar al vertedero.
Cuando miramos al futuro de la sostenibilidad, está claro que el reciclaje por sí solo no resuelve el problema; hay que orientarse hacia un modelo de economía circular.
La adicción del mundo a la moda rápida ha generado una estimación de 92 millones de toneladas de residuos textiles cada año y sólo el 12% del material utilizado para la ropa se recicla.
David Roubach, director general de Balena.
Así que Balena empezó a la inversa, con el objetivo de resolver el problema del final de la vida útil de un producto, y trabajar a partir de ahí.
Hemos buscado respuestas en los ciclos naturales de la Tierra. Tenemos que pasar del reciclado mecánico tradicional, en el que fundimos el producto e intentamos fabricar otro, a un método llamado reciclado biológico.
Este concepto renovable se inspira en el ejemplo de las plantas y los árboles. La naturaleza acaba descomponiéndose y vuelve a su estado inicial para iniciar de nuevo el ciclo. Este fenómeno es la visión de Balena.
David Roubach
Han conseguido este efecto «Benjamin Button» utilizando una combinación de ingredientes naturales
naturales unidos por un plástico que, según dicen, es totalmente compostable. Puede fabricarse de forma convencional (un proceso conocido como moldeo por inyección) o mediante impresión 3D. El material no tóxico también puede copiarse y pegarse a escala mundial, para otras empresas que quieran reducir su huella ecológica.
Más información: balena.science
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