Actualizado: 02/07/2022
La respuesta a las necesidades de almacenamiento de energía renovable a gran escala, que muchos buscan en una carrera en la que está hasta Google, podría encontrarse en España. En concreto, en una empresa de Zaragoza que, con tecnología redox de vanadio, pone sobre la mesa una propuesta a base de celdas individuales que operan de forma independiente y que es 100% escalable y personalizable, además de eficiente, segura, sostenible, compatible con todas las fuentes de energía renovable y, también, duradera.
“Una nueva batería española podría conseguir el despliegue masivo de las energías renovables”, titula un artículo sobre esta innovación el MIT Techonology Review. Esto da una idea del posible alcance de la tecnología patentada sobre la que trabaja esta empresa. Cuenta, para ello, con hasta 1’67 millones de financiación procedente de la Unión Europea. Esta se dirige a un proyecto bianual que lo que persigue no es otra cosa que optimizar y escalar la tecnología HydraRedox.
Esta alternativa para el almacenamiento se encuadra en las baterías conocidas como de flujo. Frente a los intentos promovidos en este campo, esta solución ha alcanzado una eficiencia de corriente de hasta el 95%. Algo menos, en el 85%, se sitúa su eficiencia total; porcentaje que no reduce el mérito ni la potencialidad del equipo. Ya, de entrada, si sitúan ambos por encima del resto de propuestas de baterías redox.
Uno de los puntos diferenciales de la tecnología HydraRedox está en su diseño a base de celdas individuales. Con esto, no solo se puede retirar una sin alterar el resto del sistema, sino que, más allá, se logra que cada celda opere de forma independiente. Asimismo, aspectos del funcionamiento de cada celda (estado de carga, distribución de corriente, voltaje, etc.) se pueden controlar y someter a seguimiento permanente, también de manera individualizada.
Además, las ventajas no quedan ahí puesto que, este diseño, permite “implantar un sistema de reequilibrado automático que no interrumpe el funcionamiento del almacenamiento”, explica el responsable de la empresa, Luis Collantes, en declaraciones recogidas por MIT Techonology Review.
Este sistema modular permite una personalización completa, además de abrir las puertas a que se escale tanto como se necesite. Por otro lado, aseguran los impulsores, favorece una alta eficiencia, la seguridad de la operación, así como la total compatibilidad con distintas fuentes de energía renovables.
Junto a la sección de potencia de esta innovación (la que conforman los módulos), HydraRedox incorpora tanques para el almacenamiento en una solución acuosa. En ellos, asegura la compañía, la energía se puede acomodar el tiempo que sea necesario, más allá de las 24 horas. “Esto amplía el abanico de aplicaciones y hace que el sistema sea ideal para almacenamientos de larga duración”, sostienen.
La flexibilidad, clave de estos equipos, es tal que son capaces de operar a temperatura ambiente que oscile entre los diez grados bajo cero y los 45. Esto amplía y mucho las posibilidades de implantar estos sistemas alrededor del mundo. El asunto lo tiene presente HydraRedox Iberia, que no ha desatendido las necesidades logísticas y ha creado un equipo transportable en contenedores estándar de 20 y 40 pies.
Su arquitectura flexible y su sostenibilidad (no genera emisión alguna y el electrolito que emplea para almacenar la energía es totalmente reciclable) son otros aspectos que suman a las fortalezas de este sistema, que muestra en otro ámbito aún más músculo: el deterioro, más lento, de su tecnología . Sin límite de ciclos, la vida útil de esta batería se estima en 30 años.
Aunque el camino está todavía recorriéndose, con pasos futuros como la puesta en marcha de una instalación vinculada a un parque de energía fotovoltaica a lo largo de 2018, si esta tecnología no responde todavía al gran desafío del almacenamiento de las renovables, sí toma posiciones para resolver esta cuestión determinante para el futuro de la industria.
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