Actualizado: 13/04/2020
El impulso y desarrollo de la movilidad eléctrica es una prioridad para combatir el cambio climático. Su uso masivo requiere dar respuestas ante inquietudes como la autonomía o el tiempo de recarga de la batería. La Universidad de Córdoba puede aportar soluciones con el uso un material inesperado, las cáscaras de almendras.
El equipo de investigación FQM-175 de Química Inorgánica experimenta con bio-residuos.
Forman parte del Instituto Universitario en Química Fina y Nanoquímica de la Universidad de Córdoba (IUNAN). En estos momentos están trabajando para desarrollar unas baterías basadas en el litio y el azufre.
Para la consecución de sus objetivos, cuentan con la financiación del Ministerio de Economía y Competitividad a través del Proyecto MAT2017-87541-R.
Los estudios se centran en el uso de materiales que sean compatibles con la conservación del medio ambiente y que tengan alto rendimiento para acumular energía. Uno de ellos es la cáscara de la almendra.
Los profesores Julián Morales y Álvaro Caballero son los coordinadores del equipo de investigadores. En un trabajo publicado en la revista Materials, demostraron cómo se transforma la cáscara de almendra en carbón activo microporoso.
El residuo se transforma a través de un proceso de activación y pirolisis. Si se usa de forma masiva y comercial, podría contribuir a eliminar la dependencia de compuestos que provienen de combustibles fósiles o de elementos poco abundantes y por consecuencia, costosos.
La cáscara de la almendra es un recurso local que puede ayudar a desarrollar baterías más sostenibles. Es abundante en la provincia de Córdoba y tiene valor agregado para las industrias de alta tecnología.
Las pruebas de simulación han resultado muy exitosas. Los carbones que derivan de la cáscara de almendra están en condiciones de aumentar la autonomía del 60% a un coche eléctrico estándar que usa baterías de litio.
Sin embargo, hay problemas que deben enfrentar. Uno de ellos es la seguridad. Por este motivo, estudian usar electrolitos no inflamables o grafeno tridimensional para poder hacer un uso masivo de la tecnología.
El futuro del mercado automovilístico demandará en un mediano plazo combustibles basados en biomasa. Son más respetuosos con el medio ambiente y ofrecen mayores garantías de seguridad.
Más información: www.uco.es
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