Actualizado: 23/10/2023
Mantener un huerto y lograr que sea lo más ecológico posible pasa por una biotrituradora. Lo sostienen los propios propietarios de superficies de cultivo doméstico que difícilmente serían sostenibles sin hacer un uso racional y provechoso de los residuos. En esa línea, aprovechar los restos triturados del jardín como aporte para el suelo, o agregarlos al compostaje casero para sustituir el abono comercial, son elementos imprescindibles que, aseguran los hortelanos, aportan mucho y resultan más llevaderos con la ayuda de sistemas biotrituradores. Pero, ¿qué son, qué beneficios tienen las biotrituradoras y cómo elegir una?
Qué son las biotrituradoras.
Los sistemas biotrituradores son unos aparatos que, como su nombre indica, trituran los restos de un terreno agrícola. Ramas, hojas caídas de los árboles, hierba cortada, restos de flores o de vegetales… son solo algunos ejemplos de lo que puede cortarse con este tipo de maquinaria.
Dependiendo del modelo que se escoja, el sistema será capaz de triturar restos de hasta cierto grosor. Algunas alternativas del mercado permiten desmenuzar ramas de más de 7 centímetros de diámetro.
Tipos de biotrituradoras.
Hay que tener en cuenta que la oferta de biotrituradores es muy amplia y que existen además distintos tipos en función de varios aspectos. Básicamente son tres:
- Según el tipo de corte hay biotrituradores de disco, fundamentalmente para hojas y ramas de pequeño tamaño; hecoidales, que admiten ramas de hasta tres centímetros y, finalmente, los de fresa, para ramas por encima de ese diámetro.
- Según el mecanismo empleado para el triturado hay también tres categorías de biotrituradoras: las de cuchillas, las de hélice o las de rodillo.
- En función del tipo de motor se pueden adquirir biotrituradores con motor de combustión que, por tanto, funcionan con combustibles fósiles, lo que supone un bache a la sostenibilidad del huerto. Por otra parte, también existen máquinas biotrituradoras con motor eléctrico que, eso sí, requieren de una toma de corriente cercana. Dentro de esta segunda tipología, los modelos disponibles son muchos, entre la que destacamos una biotrituradora eléctrica como esta de Garland. Con este tipo de sistema, de hasta 2.500 W y con corte por cuchilla, se pueden triturar restos de hasta 4’5 centímetros.
Cómo elegir biotrituradora.
La elección dependerá del tipo de materiales que se vayan a triturar, fundamentalmente de su grosor, y del tamaño del huerto. Estos aspectos son los que harán que sea más recomendable un sistema con un tipo de corte u otro, además del mecanismo de triturado. Hacer un buen análisis en este punto es importante, porque la potencia de la máquina es uno de los aspectos que más influyen en su coste.
Otro aspecto a tener en cuenta antes de elegir el biotriturador para tu huerto es la posibilidad o no de conectarlo, en el caso de decantarse por una biotrituradora eléctrica. Además, siempre hay que comprobar que la seguridad esté garantizada.
Beneficios de las biotrituradoras.
Lo que está claro, se escoja el modelo que se escoja, es que los beneficios que estos sistemas aportan a quien esté al cuidado de un huerto son muchos. No solo facilitan la vida, en especial ante terrenos más grandes, sino que favorecen un uso racional de los residuos que genera el huerto, además de permitir que estos se reutilicen para fabricar compost casero y natural.
Estos son algunos de los fuertes de los biotrituradores:
- Triturar la maleza y otros restos del jardín evita que acaben en la basura convertidos en residuos que no solo podrían haberse evitado, sino que ofrecen enormes ventajas para la tierra. Esto es importante, máxime si se tiene en cuenta que un jardín de 1.000 metros cuadrados puede producir restos por un volumen de 125 metros cúbicos anuales.
- Reutilizar ramas, restos de flores o vegetales, además de tallos, entre otros, triturados para depositarlos sobre el suelo beneficia a la tierra. El aporte de nutrientes que esto supone, así como la mayor protección del terreno en caso de lluvia o de temperaturas extremas son algunos de los puntos fuertes de esparcir los restos triturados sobre la superficie de cultivo.
- Emplear los restos de poda para el compostaje. En este punto confluyen las ventajas para el terreno y, también, para el bolsillo, puesto que el compost DIY evita tener que adquirir abonos o cualquier otro producto comercial. Por tanto, los restos del jardín, unidos a la basura orgánica de la vivienda (salvo la carne) son una solución prácticamente incomparable por los nutrientes que aporta a los cultivos que, además, ganan en resistencia.
Así, como has visto, cultivar tu propio huerto para proveerte de productos ecológicos tiene también mucho que ver con reducir los desperdicios que arrojas a la basura y con aprovechar lo que ofrece la naturaleza en beneficio de la propia naturaleza.
Carlosjuliov dice
Genial apoyo al sistema
Gregorio Arzamendia dice
BUENISIMOOO!!!!!!!!!!!!…….. muy util…