Actualizado: 05/07/2024
El tratamiento del «barro rojo» permite obtener acero a partir de residuos de aluminio y evitar un fuerte impacto ambiental. Una técnica para producir acero a partir de chatarra de aluminio.
Innovación en la producción de acero verde a partir de residuos tóxicos
Transformando el «barro rojo» en acero verde
Científicos del Instituto Max-Planck para la Investigación del Hierro han descubierto una forma de convertir los residuos de la producción de aluminio, conocidos como Rotschlamm o «barro rojo», en acero verde. Este proceso utiliza un horno de arco eléctrico, común en la industria siderúrgica, para transformar el óxido de hierro presente en el Rotschlamm en hierro mediante plasma de hidrógeno. De los aproximadamente cuatro mil millones de toneladas de Rotschlamm acumulados globalmente, podrían obtenerse cerca de 700 millones de toneladas de acero libre de CO2, equivalente a un tercio de la producción mundial anual de acero.
Impacto Ambiental y Económico
La producción convencional de acero y aluminio tiene un fuerte impacto ambiental, siendo la industria del acero responsable del ocho por ciento de las emisiones globales de CO2. En contraste, el nuevo método propuesto no solo ayudaría a resolver el problema de los residuos de la producción de aluminio sino también mejoraría la huella de carbono de la industria del acero. Si se utiliza hidrógeno verde para transformar los cuatro mil millones de toneladas de Rotschlamm, la industria del acero podría ahorrar casi 1,5 mil millones de toneladas de CO2.
Proceso y Beneficios
El procedimiento consiste en fundir el Rotschlamm y reducir el óxido de hierro a hierro en diez minutos mediante un plasma que contiene diez por ciento de hidrógeno. El hierro obtenido es tan puro que puede ser directamente procesado en acero. Los óxidos metálicos restantes, no corrosivos y seguros, se solidifican en un material similar al vidrio, útil en la construcción.
Seguridad y Rentabilidad
Este método también reduce la toxicidad de los metales pesados presentes en el Rotschlamm. Los metales valiosos podrían separarse y reutilizarse, mientras que los que permanecen en los óxidos metálicos quedan seguros y no lixiviables. Económicamente, el proceso es viable incluso con hidrógeno verde y electricidad parcialmente renovable, especialmente si se consideran los costos de disposición del Rotschlamm.
Los hornos de arco eléctrico son comunes en la metalurgia, lo que facilitaría la adopción de esta técnica para una producción más sostenible. La industria tiene ahora la oportunidad de aplicar esta innovadora reducción de plasma de Rotschlamm a hierro, marcando un cambio significativo hacia la sostenibilidad.
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