Un equipo de investigadores del Instituto Italiano de Tecnología (IIT) ha creado una pila totalmente comestible y recargable a partir de materiales que normalmente consumimos en nuestra dieta diaria. La prueba de concepto de la pila se describe en un artículo publicado recientemente en la revista Advanced Materials. Las posibles aplicaciones son el diagnóstico sanitario, el control de la calidad de los alimentos y la robótica blanda comestible.
Investigadores crean la primera pila recargable comestible.
La electrónica comestible es un campo en expansión que podría tener un gran impacto en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades del tracto gastrointestinal, así como en el control de la calidad de los alimentos. Uno de los retos más interesantes en el desarrollo de futuros sistemas electrónicos comestibles es conseguir fuentes de energía comestibles.
Un equipo de investigadores del Istituto Italiano di Tecnologia ha creado una batería totalmente comestible y recargable utilizando materiales que normalmente se consumen como parte de nuestra dieta diaria.
Los investigadores se inspiraron en las reacciones bioquímicas redox que se producen en todos los seres vivos para desarrollar una batería que utiliza riboflavina (vitamina B2) como ánodo y quercetina (un complemento e ingrediente alimentario) como cátodo. Se usó carbón activado para aumentar la conductividad eléctrica, mientras que el electrolito era a base de agua. Además, se utilizó alga nori, del tipo que se encuentra en el sushi, para fabricar el separador necesario en toda batería para evitar cortocircuitos. Después, los electrodos se encapsularon en cera de abejas de la que salen dos contactos de oro de calidad alimentaria sobre un soporte derivado de la celulosa.
Cuando se ingiere, la pila de la prueba de concepto funciona a 0,65 V, un voltaje lo bastante bajo como para no crear problemas en el cuerpo humano. Puede suministrar una corriente de 48 μA durante 12 minutos o de unos pocos microamperios durante más de una hora, suficiente para alimentar pequeños dispositivos electrónicos, como LED de baja potencia, durante un tiempo limitado.
Este concepto de batería recargable totalmente comestible abriría las puertas a nuevas aplicaciones electrónicas comestibles, permitiendo diagnósticos y tratamientos médicos más seguros y sencillos, así como formas inexploradas de controlar la calidad de los alimentos.
Los usos potenciales en el futuro van desde circuitos y sensores comestibles que pueden controlar las condiciones de salud hasta la alimentación de sensores para controlar las condiciones de almacenamiento de los alimentos. Además, dado el nivel de seguridad de estas pilas, podrían utilizarse en juguetes infantiles, donde existe un alto riesgo de ingestión. De hecho, ya estamos desarrollando dispositivos con mayor capacidad y reduciendo el tamaño total. Estos desarrollos se probarán en el futuro también para alimentar robots blandos comestibles.
Mario Caironi, coordinador de la investigación.
Esta batería comestible también es muy interesante para la comunidad de almacenamiento de energía. Construir baterías más seguras sin utilizar materiales tóxicos es un reto al que nos enfrentamos a medida que se dispara la demanda de baterías. Aunque nuestras baterías comestibles no alimentarán coches eléctricos, son la prueba de que se pueden fabricar baterías con materiales más seguros que las actuales baterías de iones de litio. Creemos que inspirarán a otros científicos para construir baterías más seguras para un futuro verdaderamente sostenible.
Ivan Ilic, coautor del estudio.
Vía opentalk.iit.it
Alberto dice
Hola Amigos
Auspiciosa noticia aunque deben recordar que una vez ingeridas las baterías estarán sujetas a el proceso de digestión normal desde la saliva con sus enzimas descomponedoras hasta los jugos gástricos (después de todo es un alimento).
No sé mencionó el efecto magnético (cuántos Gauss desarrolla una vez dentro del cuerpo).
Tengan en cuenta que a medida que se va degradando por acción del ácido clorhídrico del estómago su capacidad dieléctrica se verá afectada seriamente variando los datos que pueda llegar a recabar el dispositivo que esta energice.
Una solución sería encapsular la en una película de bicarbonato de sodio(aunque esté también tendrá efectos en la conducción eléctrica(más si tiene contactos de oro)
Logicamente esa capa de bicarbonato deberá estar aislada del resto de la batería .
También el paso por los intestinos será algo a tener en cuenta.
Deberá ser ingerida en ayunas,.Al menos los primeros modelos luego lógicamente el diseño será mejorado.
Gran Noticia
Con respecto energizar dispositivos mecánicos sería muy posible hacerlo con bancos de baterías comestibles y de mayor tamaño.
Incluso ya existen placas fotovoltáicas a base de clorofila se podría fabricar una combinación.
Saludos Amigos