Los melones, una de las hortalizas más dulces del huerto, hablamos de sus características, suelo, riego, cultivo y cosecha.
Melón.
- Nombre en español: Melón.
- Nombre científico: Cucumis Melo.
- El melón se clasifica como una hortaliza de fruto y es una cucurbitácea. Es la hortaliza más dulce del huerto y nos alegran muchas sobremesas del verano, combina con casi todos los sabores, ya sea dulce o salado, incluso con licores.
De su mata se puede decir que no destaca por su altura, pero por derecho propio es otro verdadero gigante del huerto, de dimensiones casi exageradas reptará por el suelo ocupando todo el espacio que pueda conquistar.
Planta de largos tallos, de hasta tres metros o más, y hojas grandes, arrugadas y pelosas, de tacto áspero y desagradable, de un color verde medio intenso y un follaje que amarillea con facilidad.
Es una planta de secano y sobrevivirá con muy poca agua, que buscará sus raíces en el subsuelo.
El melón como todos los frutos, nace de una flor amarilla, delicada y humilde que como el resto de las flores de las hortalizas son dóciles y generosas a la hora darnos su fruto.
Suelo.
Su suelo ideal es ligero y algo arenoso, rico en humus y le beneficia que el PH de la tierra sea algo más alcalino que ácido, entre 6 y 6,5 será suficiente.
Clima.
Su clima y temporada es típicamente de verano, necesita mucha calidez y sol.
El soporte más habitual del melón es la tabla con un ancho de 120 cm entre tabla y tabla, y un largo que dependerá de cada uno y del espacio disponible que tengamos; en mi caso es un bancal de cinco metros donde albergo dos matas.
Riego.
El riego se efectúa cuando las matas son pequeñas con una olla pequeña al lado de la mata, se pueden regar cada cuatro o cinco días, pero esto lo pedirá la propia planta y su estado.
Cuando son grandes, y en veranos muy secos, se les puede ayudar con riego, pero de manera bastante distanciada porque si nos pasamos los melones se rajan ellos solos.
En caso de que la planta amarillee también habrá que ayudarla con un riego.
Cultivo.
La plantación se hace directa en su hoyo, con una profundidad de siembra de unos 4 ó 5 cm, echando por hoyo cuatro o cinco pipas.
Es recomendable que las semillas o pipas queden tumbadas y que se echen cuando el hoyo se haya bebido todo el agua, después le taparemos y cuando hayan germinado y ya sean plantas dejaremos la mejor, y como máximo dos.
Mantenimiento.
La labor de mantenimiento del melón será cavar en profundidad para soltar el terreno y oxigenar, teniendo especial cuidado con la planta ya que habrá que manipularla y levantar sus tallos.
También escardar competidoras y estar atentos a posibles incidencias.
En cuanto a la planta, se suelen cortar brotes y algunas flores, cuando los tallos ya tienen un fruto y máximo dos, cortaremos estos tallos 5 cm por arriba del fruto, esta operación beneficia al fruto y además ahorraremos espacio.
Cosecha.
Su cosecha es un misterio ya que saber cuando están maduros requiere grandes dotes de intuición y desarrollo de oído, olfato y precisión en el tacto.
La intuición se encargará de englobar estos sentidos para que así podamos apreciar cuando al darle un golpecito seco, como un cachete, nos suene característico de madurez, o cuando arrimemos la nariz a su piel, nos huela a maduro y perfumado; en esto, con la práctica cada vez se falla menos.
Bromas aparte, el melón se recolecta escalonadamente según madura, y si le cortamos con un buen trozo de rabo o tallo, duran más.
Conservación.
Sus propiedades son sobre todo alimenticias y nutricionales.
La conservación en fresco no es buena ya que son efímeros y los golpes los perjudican mucho, aunque la refrigeración y colgados en redes en sitios secos y a la sombra ayuda a su conservación.
Compostaje.
Su compostación no suele ser buena ya que el follaje de la planta se deteriora mucho y se rompen muchas hojas, eso sí, todo lo quede, lo echamos al montón.
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