La dieta mediterránea aumenta las bacterias beneficiosas, como Candidatus Saccharimonas, y reduce las perjudiciales, como Bifidobacterium.
La dieta mediterránea y su impacto en la microbiota intestinal y la función cognitiva
Un estudio reciente de la Universidad de Tulane destaca los beneficios cognitivos de la dieta mediterránea, atribuyéndolos a cambios en la microbiota intestinal. Esta investigación, publicada en Gut Microbes Reports, sugiere que modificar el equilibrio de bacterias intestinales mediante la dieta puede mejorar la memoria y el rendimiento cognitivo.
Cambios en la microbiota intestinal
El estudio reveló que los sujetos alimentados con una dieta mediterránea mostraron patrones bacterianos intestinales significativamente diferentes en comparación con aquellos que seguían una dieta occidental típica. Estas variaciones bacterianas se relacionaron directamente con un mejor desempeño en tareas de memoria y aprendizaje.
En experimentos con ratas, aquellas alimentadas durante 14 semanas con una dieta rica en aceite de oliva, pescado y fibra desarrollaron un aumento en cuatro tipos de bacterias beneficiosas, como Candidatus Saccharimonas, mientras que los niveles de bacterias menos favorables, como Bifidobacterium, disminuyeron. Estos cambios se asociaron con una mayor flexibilidad cognitiva, es decir, la capacidad de adaptarse a nueva información, y con una mejor memoria de trabajo.
Beneficios cardiovasculares y cognitivos
Además de los efectos positivos en la microbiota y el rendimiento cognitivo, las ratas alimentadas con la dieta mediterránea presentaron niveles más bajos de colesterol LDL, conocido como colesterol «malo». Esto sugiere que los beneficios de esta dieta se extienden también a la salud cardiovascular, lo cual es fundamental para el correcto funcionamiento cerebral.
Relevancia para el desarrollo humano
Aunque los resultados se basan en modelos animales, los investigadores utilizaron ratas jóvenes, equivalentes a humanos de aproximadamente 18 años, para evaluar los efectos durante un período crítico de desarrollo. Estos hallazgos podrían ser extrapolables a jóvenes adultos, cuyo cerebro y cuerpo están en pleno proceso de maduración. La dieta mediterránea podría ser clave para mejorar el rendimiento académico en adolescentes y la productividad en jóvenes adultos.
El doctor Demetrius M. Maraganore, autor principal del estudio, destacó que estos resultados refuerzan investigaciones previas en humanos que relacionan la dieta mediterránea con una menor incidencia de demencia y un mejor rendimiento cognitivo.
Elementos esenciales de la dieta mediterránea
Para quienes desean adoptar este patrón alimenticio, se recomienda incorporar los siguientes elementos clave:
- Aceite de oliva como principal fuente de grasa.
- Alta ingesta de verduras, frutas y cereales integrales.
- Pescados y proteínas magras en lugar de carnes rojas.
- Reducción de grasas saturadas.
- Consumo elevado de fibra procedente de diversas fuentes vegetales.
Implicaciones futuras
Los investigadores enfatizan que son necesarios estudios más amplios en humanos para confirmar estos efectos y comprender mejor la relación compleja entre la dieta, la microbiota intestinal y la función cerebral. Sin embargo, los resultados preliminares son prometedores y sugieren que la dieta mediterránea no solo mejora la salud física, sino que también podría desempeñar un papel crucial en la salud mental y cognitiva.
Este estudio refuerza la importancia de promover hábitos alimenticios sostenibles y saludables, tanto para el bienestar personal como para la protección del medio ambiente, ya que las dietas basadas en alimentos integrales y de origen vegetal tienen un impacto ambiental significativamente menor en comparación con las dietas ricas en productos de origen animal.
Vía tulane.edu
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