Actualizado: 31/05/2021
Doce ciudades, entre ellas Barcelona, han cogido las riendas para luchar contra el cambio climático y por espacios urbanos más habitables. Para ello, más allá de las palabras, los líderes políticos de esta docena de capitales de todo el mundo se han comprometido a través de la Declaración C40 por unas Calles Libres de Combustibles Fósiles a adquirir sólo autobuses eléctricos a partir de 2025 y a habilitar espacios cero emisiones antes de 2030.
“Imaginamos un futuro en el que la mayoría de las personas se moverán por nuestras ciudades caminando, en bicicleta o utilizando formas de transporte compartido”, sostienen los alcaldes de Londres, París, Los Ángeles, Copenhague, Quito, Vancouver, Ciudad de México, Milán, Seattle, Cape Town, Auckland y Barcelona, la única española que ha rubricado esta declaración.
Con ella, el objetivo compartido es acelerar la retirada de los vehículos con combustibles fósiles para que vivir en una gran ciudad no sea sinónimo de estar permanentemente expuesto a la contaminación y a los problemas de salud que de ella se derivan. “Firmamos esta declaración para que las calles de nuestras ciudades sean más verdes y saludables”, sostienen al hilo los líderes de estas capitales, que aseguran que estas medidas contra el cambio climático “nunca han sido tan urgentes”.
Por ello, el acuerdo pasa por acelerar la transición hacia vehículos cero emisiones y, más allá, por reducir el tráfico en las ciudades. Ahí entra en juego la transición hacia flotas de autobuses públicos eléctricas, puesto que estas capitales pretenden “liderar con el ejemplo”. A lo anterior se sumarán medidas que promuevan el uso de transporte compartido y de transporte público, así como otras que se lo pongan más fácil a los peatones y a los ciclistas.
En el caso de Barcelona, está en marcha un plan para dotar a la ciudad de 165 hectáreas de zonas verdes, así como para habilitar lo que se conoce como supermanzanas. Estas propiciarán un nuevo concepto de trama urbana en el que peatones y ciclistas sean los protagonistas. Junto con lo anterior, la capital catalana tiene en mente multiplicar por tres los kilómetros de carril bici disponibles, además de reducir en más de una quinta parte los desplazamientos en vehículos privados.
“Volvemos a expresar nuestro compromiso con el clima”, aseguró sobre esta Declaración la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que apuntó que el objetivo que está sobre la mesa en la ciudad condal es la reducción de las emisiones en un 40% y el aumento de los espacios verdes por habitante en un metro cuadrado.
“Nuestras calles deben ser seguras y accesibles para cualquiera y nuestro aire tiene que estar limpio y libre de emisiones dañinas”, defienden los firmantes de la Declaración C40, que afirman que su iniciativa “mejorará la calidad de vida de todos los ciudadanos y ayudará a enfrentar la amenaza global del cambio climático”. Esta lucha “empezará en nuestras calles”, subrayan. Sus avances se podrán comprobar cada dos años, puesto que estas ciudades deberán informar periódicamente de sus progresos en esa batalla por los espacios urbanos sostenibles.
Más información en C40 Cities.
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