
El hidrógeno líquido es clave en la transición energética, aunque requiere temperaturas extremadamente bajas (-253 °C) y un alto consumo energético para su almacenamiento.
- Nuevo remolque para hidrógeno líquido (LH₂).
- Mayor capacidad en Europa: 3,9 toneladas.
- Supera límite anterior de 2,6 toneladas.
- Desarrollado por Linde en su sede de Schalchen.
- Mejora logística y reduce cuellos de botella.
- Apoyo clave a la transición energética europea.
- Hidrógeno líquido: alta densidad energética, requiere -253 °C.
- Disponible para Linde y otras empresas del sector.
Linde desarrolla el remolque más grande de Europa para hidrógeno líquido y aborda las limitaciones en el suministro
Linde ha presentado el remolque más grande de Europa para el transporte de hidrógeno líquido (LH₂), diseñado y fabricado internamente con el objetivo de aliviar los crecientes desafíos logísticos asociados al hidrógeno. Esta iniciativa refuerza la posición estratégica de la compañía en la logística del hidrógeno, una pieza clave para avanzar hacia la descarbonización de la industria y la movilidad.
El nuevo vehículo, revelado durante una ceremonia oficial de entrega, marca un hito al establecer un nuevo estándar en capacidad de carga de hidrógeno líquido. Esta solución responde a la creciente demanda y a las actuales limitaciones de la capacidad de licuefacción del hidrógeno en Europa.

Aumento de la capacidad de carga: un paso adelante para la logística del hidrógeno
El remolque desarrollado por Linde ofrece una capacidad de carga de 3,9 toneladas de hidrógeno líquido, superando con creces las 2,6 toneladas que permiten los contenedores convencionales disponibles hasta ahora en el mercado. Esta mejora es especialmente relevante considerando que el transporte de LH₂ requiere mantener el producto a temperaturas extremadamente bajas, cerca de -253 °C, para conservarlo en estado líquido y aprovechar su alta densidad energética.
Con esta innovación, Linde aborda directamente los cuellos de botella que afectan a la distribución del hidrógeno, facilitando el transporte a largas distancias desde los puntos de producción hasta los centros de consumo, donde la infraestructura de licuefacción es aún limitada.

Innovación y desarrollo interno: solución propia ante la falta de opciones
Ante la ausencia de una solución adecuada en el mercado, Linde aplicó una filosofía clara: “Si no lo encuentras en el mercado, constrúyelo tú mismo”. El proyecto fue liderado por la planta de Schalchen, considerada el centro de excelencia para la fabricación de componentes y módulos de la compañía. Esto permitió no solo un diseño adaptado a las necesidades específicas de Linde, sino también un alto nivel de calidad y fiabilidad en la fabricación.
La empresa subrayó que este avance fue posible gracias a la colaboración entre diferentes áreas de la compañía, destacando el trabajo en equipo como factor fundamental para alcanzar este logro tecnológico.
Un recurso compartido para impulsar el crecimiento del hidrógeno en Europa
Aunque el remolque ha sido diseñado para fortalecer la propia red de distribución de Linde, la compañía ha confirmado que esta tecnología estará también disponible para otros actores del mercado. Esto representa una oportunidad para mejorar la eficiencia del transporte de hidrógeno líquido en toda Europa y acelerar la disponibilidad de este recurso para diversas aplicaciones industriales y de movilidad.
El hidrógeno líquido juega un papel crucial en el contexto de la transición energética europea, especialmente por su potencial para descarbonizar sectores difíciles de electrificar, como el transporte pesado, la aviación y ciertas industrias químicas.
Potencial
El desarrollo de este remolque no solo es una mejora técnica, sino que representa un paso significativo hacia la sostenibilidad global. Entre los beneficios medioambientales y estratégicos más destacados se encuentran:
- Reducción de las emisiones de CO₂ en el transporte de hidrógeno, al optimizar las cargas y minimizar el número de viajes necesarios.
- Facilitación de la adopción del hidrógeno renovable, mejorando su logística y disponibilidad, especialmente en regiones alejadas de los centros de producción.
- Impulso a la descarbonización del transporte y la industria pesada, sectores donde las alternativas eléctricas no son siempre viables.
- Contribución a la independencia energética de Europa, reduciendo la dependencia de combustibles fósiles importados.
- Aceleración del desarrollo de la economía del hidrógeno, uno de los pilares para alcanzar los objetivos climáticos europeos de neutralidad de carbono para 2050.
Este tipo de innovaciones, enfocadas en mejorar la infraestructura de las energías renovables, son esenciales para avanzar hacia un modelo energético más limpio, seguro y eficiente, acercando el hidrógeno a su verdadero potencial como vector energético del futuro.
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