Actualizado: 14/11/2022

La transición a las energías renovables es fundamental para la supervivencia del planeta. A continuación, se analizan una serie de factores claves para su impulso.
El Acuerdo de París propone una política climática común para asegurar la transición a un sistema de energías limpias, exigiendo esfuerzos diferenciados entre los países que tienen mayores emisiones.
Los objetivos del acuerdo de París incluyen mantener el aumento de las temperaturas medias mundiales muy por debajo de los 2 grados centígrados y limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados en el presente siglo.
El uso de energías renovables combinada con la electrificación del transporte puede permitir el cumplimiento de los objetivos climáticos mundiales, según el análisis de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA). Lo más relevante es que puede hacerlo de forma inmediata y sustancial.
Se espera que para el año 2050, la electricidad proveniente de energías renovables tenga una cuota de casi el 50%. En los años venideros, el 86% de la demanda mundial de energía podrá ser suplida con energías limpias ante el surgimiento del hidrógeno renovable como combustible.
La transición para un modelo energético más sustentable requiere de 15 billones de dólares para 2050. Si bien la suma es alta, se espera que se pueda reducir sustancialmente a medida que la energía solar se haga más competitiva y disminuya sus costes de implementación.
El estudio evidencia que por cada dólar gastado en la transición energética se obtendría un beneficio de entre 3 y 7 dólares, es decir, 65 billones de dólares y 160 billones de dólares en términos acumulativos durante el período hasta 2050.
El coste total del sistema energético abarca el coste de generación y el coste de integración. El coste de generación se asocia con la producción de energía. Suele medirse con el indicador Costo Nivelado de Energía (LCoE).

Los costes de integración están relacionados con la conexión al sistema, para que la oferta satisfaga la demanda.
Si bien el LCoE de las fuentes renovables disminuye a gran velocidad, sus características fluctuantes socavan parte de los beneficios de la reducción de costes. Sin embargo, pueden disminuir significativamente según la flexibilidad del sistema energético.
Si bien hay avances en la puesta en marcha de las energías renovables, su ritmo es muy lento. Incluso, las emisiones han aumentado el 1% anual en promedio en los últimos cinco años.
Para lograr las metas del Acuerdo de París, se requiere mayor participación gubernamental. A mediados de siglo, la economía mundial será más grande, y los empleos creados en el sector energético impulsarán el empleo mundial en un 0,2 %.
10,3 millones de personas trabajan en el campo de las energías renovables en todo el mundo y se espera que en todo el mundo haya unos 24 millones para el año 2030.
Un ejemplo es Alemania. Con el uso de energías renovables, ha evitado la generación de más de 100 millones de toneladas de CO2 en el 2018.
Más información: irena.org
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