Desde comienzos del año pasado ha existido una tendencia al alza en cuanto a la escasez de microchips. Si bien al principio fueron solo unos pocos sectores los afectados, sería antes de navidad cuando el sector automovilístico diera la voz de alarma sobre la crisis que se avecinaba a nivel global.
Desde entonces, un sector tras otro han ido anunciando la escasez y limitaciones a la hora de adquirir estos preciados elementos y se enfrentan a problemas de producción.
En la actualidad, prácticamente todos los aparatos electrónicos llevan en su interior microchips, los productos fotovoltaicos no son una excepción, baterías de litio solares, inversores solares, reguladores solares, cargadores de baterías, sistemas de monitorización, todos ellos llevan estos pequeños componentes en su interior.
Los microchips, también conocido como microprocesador, procesador, micro, chip, se encarga de procesar las operaciones lógicas y aritméticas que hacen funcionar los aparatos, sin ellos es imposible que estos funcionen.
Los fabricantes de microchips como Samsung o Qualcomm han anunciado que son incapaces de producir y cumplir con las demandas y pedidos de chips de memoria, hasta el punto de no tener suficientes ni para sus propios productos.
Causas de la escasez de microchips.
Durante la pandemia el sector del automóvil sufrió un parón en su producción, por lo que bajo la demanda de microchips por parte de estos a los fabricantes. Cada coche tiene alrededor de 100 chips, y este sector acapara casi el 30% del total de los chips. Debido a esto y el incremento de ventas de ordenadores y otros dispositivos electrónicos para el teletrabajo o el entretenimiento durante los confinamientos, los fabricantes cambiaron sus líneas de producción.
Tras los peores momentos de la pandemia, la venta de coches se recuperó mucho más rápido de lo esperado, mientras que la venta de electrónica seguía en ascenso. Esto ha creado una demanda que los fabricantes no son capaces de cubrir con las infraestructuras actuales y no parece que puedan llegar a ponerse al día en al menos un año.
Consecuencias para el sector fotovoltaico.
La escasez de microchips está afectando a la fabricación de elementos básicos de las instalaciones fotovoltaicas como son, por ejemplo, los inversores y las baterías de litio. Desde el momento que los fabricantes se encuentran sin ellos deben paralizar sus producciones, en qué grado ocurrire esto depende de las cantidades que hayan acumulado en previsión a la crisis existente.
Estos problemas repercuten en los precios que continúan aumentando sin un tope máximo a la vista.
Vía Techno Sun
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