Cuando la mayoría de la gente piensa en el dolor, lo hace en el contexto de querer que desaparezca; el dolor, obviamente, duele, y normalmente hay una razón para ello. Puede alertarte de que algo va mal – si te has dado un tirón muscular o tienes una infección, o tienes una abrasión o un hueso roto del que tienes que ocuparte. Pero, para muchos de nosotros, ese dolor original puede permanecer mucho tiempo más allá de su utilidad. Una vez que sabemos que tenemos un problema, es preferible solucionarlo sin que el dolor adyacente nos incapacite.
La mayoría de la gente recurre inmediatamente a los antiinflamatorios, o incluso considera la posibilidad de realizar cirugías u otros procedimientos médicos para aliviar el dolor. Sin embargo, antes de llegar a eso, hay algunos tratamientos naturales que puedes usar para intentar aliviar tu dolor.
Tratamientos naturales para aliviar el dolor
Terapia de frío y calor
¿Recuerdas el esguince de tobillo que te hiciste en la clase de gimnasia o en el campo en el instituto? ¿Y los golpes en la cabeza o en el hueso de la risa en la escuela secundaria? Las compresas de hielo se usaban constantemente.
El uso de bolsas de hielo ayuda a adormecer el dolor de dos maneras: en primer lugar, reduce la hinchazón, que es la respuesta del cuerpo al traumatismo, pero que también puede dificultar la curación.
Además, ralentiza los impulsos nerviosos, lo que frena los mensajes de dolor que van de la zona afectada al cerebro. La terapia de hielo recomendada dura sólo 15 minutos cada vez, con un descanso de 2 horas entre las aplicaciones.
Por otro lado, el calor se recomienda para los músculos doloridos, la rigidez, la artritis y los espasmos musculares. Puedes usar una almohadilla térmica o puedes sumergir la zona afectada en agua caliente.
Ejercicio
Puede ir en contra de tu intuición, pero moverse puede interrumpir el ciclo del dolor y una forma de aumentar la movilidad que el dolor ha reducido es ejercitando suavemente la zona, como caminar, montar en bicicleta o nadar. Esto es especialmente recomendable en el caso de los dolores crónicos como la artritis y la fibromialgia.
Las endorfinas son analgésicos naturales. Los ejercicios liberan esas endorfinas que se unen a los receptores opioides ayudando a bloquear la percepción del dolor.
Técnicas de atención plena
Mantener la mente y el cuerpo conectados a todos los niveles puede hacerse a través de la meditación, el yoga, la fisioterapia o la terapia ocupacional.
Las técnicas de respiración no eliminarán todo el dolor, pero pueden ayudar a aliviar los sentimientos más traumáticos de ese dolor, conectándote a tierra y devolviendo la sensación de control sobre tu propio cuerpo que el dolor puede quitarte.
Puedes ir un paso más allá con las terapias guiadas que mejoran la movilidad y la fuerza, y te permiten encontrar técnicas para realizar tus actividades diarias sin activar tus sensores de dolor. El yoga incorpora ejercicios de respiración y estiramientos en un ritual de relajación que puede ayudar a aliviar la lumbalgia y el dolor de cuello.
Los estudios demuestran que la meditación consciente puede mejorar los síntomas del dolor, el estrés, la depresión y la calidad de vida en general.
Acupuntura
Aunque la acupuntura es un método oriental, los estudios han demostrado que la antigua práctica china de colocar pequeñas agujas en la piel puede reducir el dolor haciendo que el cuerpo libere serotonina. Las investigaciones dicen que la acupuntura puede ayudar con el dolor lumbar, el dolor de cuello y el dolor de rodilla. Además, los dolores de cabeza por tensión pueden disiparse, y un estudio demostró que la práctica ayudó a controlar el dolor crónico, entre otros muchas afecciones.
Masajes
Un masaje adecuado puede aliviar el dolor al trabajar la tensión que mantienen los músculos y las articulaciones. También alivia el estrés y la ansiedad. La manipulación de los tejidos blandos, incluidos los músculos, tendones y ligamentos, aumenta el flujo sanguíneo y reduce la tensión general.
Plantas medicinales
Las plantas medicinales para el dolor han existido desde siempre y, sin embargo, no se han estudiado a fondo. Hay que tener en cuenta que las hierbas no son necesariamente benignas y que estas terapias no están reguladas por ningún organismo gubernamental.
La lista de plantas que pueden usarse para aliviar el dolor es larga, pero cada una tiene su propia finalidad.
La capsaicina, por ejemplo, elimina un compuesto que transfiere la sensación de dolor del sistema nervioso periférico al central.
El jengibre tiene fitoquímicos que ayudan a reducir la inflamación.
La matricaria trata los dolores de cabeza, de estómago y de muelas, pero se necesitan estudios para demostrar su eficacia real.
El KavaKava se hierve en un té para las cefaleas tensionales; se dice que el ginseng frustra los síntomas de la fibromialgia; la hierba de San Juan puede ser eficaz para tratar el dolor relacionado con la ciática, la artritis y el dolor neuropático.
La cúrcuma contiene curcumina, que ayuda a proteger al organismo de los radicales libres que dañan las células del cuerpo. Trata la indigestión, las úlceras o la psoriasis.
El clavo, por su parte, trata el dolor tópico e incluso las infecciones por hongos, aunque es necesario investigar más. Esto se debe a que un ingrediente principal del clavo es el eugenol, que es un analgésico natural, sobre todo en trabajos dentales.
Recuerda: No tomes estos remedios como un sustituto de la atención médica, y consulte siempre a un médico si experimentas un nuevo dolor.
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