Actualizado: 01/07/2022
Que un vehículo eléctrico se cargue mientras está en movimiento es algo que está más cerca de hacerse realidad. De hecho, ya lo están probando varias empresas y los resultados apuntan en la buena dirección. Ha sido durante unos test en una pista de pruebas en Francia, en los que se ha logrado la recarga de 20 kW de dos vehículos Renault Kangoo que circulaban a 100 km por hora de forma simultánea y en dirección opuesta.
Estos resultados se han obtenido durante las pruebas de un sistema de carga dinámico para coches eléctricos -DEVC, por sus siglas en inglés-, sobre el que se trabaja dentro de un ambicioso proyecto conocido como Fabric que persigue, precisamente, investigar la viabilidad de la carga dinámica desde todos los puntos de vista posibles, como el tecnológico, el económico y el medioambiental. Para todo ello, se está tiendo en cuenta la potencialidad de la carga inalámbrica y las necesidades de fabricantes y de usuarios de vehículos eléctricos.
Para la transición a gran escala hacia vehículos eléctricos puros, son necesarios avances tecnológicos en general y, muy en particular, en lo que respecta a la carga y la autonomía de este tipo de transporte. Es el punto de partida de Fabric por el que acaba de lanzarse una tanda de pruebas en una pista próxima a Satory Versailles construida por Vedecom. En ella, el instituto de investigación francés instaló una parte del sistema DEVC desarrollado por Qualcomm sobre la pista, mientras que Renault integró en dos de sus Kangoo la pieza receptora del sistema.
Una vez equipados pista y vehículos, se pudo constatar la carga en movimiento de manera simultánea y en ambas direcciones, lo que apunta las potencialidades del sistema para su aplicación en el mundo real.
Tras estas pruebas, está prevista una nueva tanda de test por parte de Vedecom, que incidirá en el estudio del comportamiento de este sistema y analizará asuntos como su rendimiento, la seguridad y la eficiencia de la transferencia de energía en múltiples escenarios prácticos, así como la velocidad y alineación del vehículo en la pista o la potencia entre la calzada y el vehículo.
Este proyecto involucra a un consorcio formado por 25 organizaciones, entre empresas del sector del automóvil y centros de investigación especializados, de nueve países europeos. Con un coste de 9 millones de euros, aportados mayoritariamente por la Comisión Europea, el proyecto arrancó en enero de 2014 y prevé finalizar en 2017 cuando, si las previsiones se cumplen, estas investigaciones habrán “allanado el camino hacia la movilidad futura”.
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