La gestión de los residuos es una cuestión compleja tanto en el ámbito civil como en el industrial.
En la gestión de residuos industriales, en particular, se tratan con una serie de residuos muy diferentes, a menudo peligrosos o que requieren un tratamiento especial por ley, y una eliminación o recuperación precisa, todos ellos aderezados con un gran número de requisitos burocráticos que a menudo no son fáciles de entender y gestionar.
La intención del legislador, en este caso, es evitar comportamientos que podrían tener graves consecuencias para el medio ambiente, por los volúmenes, la peligrosidad o la contaminación que pueden producir los residuos en cuestión, que no es algo insignificante.
Desafortunadamente, hoy día aún existen compartimientos en las empresas que no son compatibles con una gestión de residuos sostenible. Por ello, quienes quieran -como debe ser- cumplir la ley y, sobre todo, tener una actitud correcta tanto desde el punto de vista ético como medioambiental, deben prever una gestión completa de los residuos, consciente y, a menudo, lo suficientemente completa como para alcanzar sus objetivos y cumplir la normativa del sector.
Las consecuencias de una gestión incorrecta de los residuos.
¿Por qué, teniendo en cuenta lo anterior, sigue siendo bastante común encontrar una gestión incorrecta de los residuos en diferentes empresas?
Una de las razones es que el incumplimiento de la ley o normas es indudablemente ventajosa desde un punto de vista puramente económico. En otras palabras: no respetar la ley (ni el medio ambiente ni la salud pública) ahorra dinero y aumenta los márgenes de beneficio.
Pero, ¿que pasa con los que quieren cumplir las normas?
Como hemos dicho antes, la gestión de residuos es un asunto complejo, donde es muy fácil cometer errores incluso de buena fe. La complejidad se deriva en parte de las características del sector y es ineliminable (la gran variedad de tipos de residuos y las diferentes posibilidades de recuperación o eliminación son un ejemplo), en parte de las distintas normativas que, como ocurre a menudo, en un intento de hacer la vida más difícil a los que quieren eludir las normas, tienden a complicar incluso a los que quieren cumplir la ley.
La importancia de confiar la gestión de residuos a entidades fiables.
Como hemos visto, la gestión de residuos puede llegar a ser una actividad compleja, que debe tratarse de forma adecuada para evitar problemas que, recordemos, también pueden dar lugar a procedimientos penales, especialmente cuando se trata de residuos clasificados como peligrosos.
Por ello es de vital importancia confiar el servicio a profesionales fiables y experimentados que puedan garantizar la correcta eliminación o recuperación de todo tipo de residuos presentes en la empresa: también porque, hay que recordar, la responsabilidad de una infracción en este ámbito recae siempre en quienes producen los residuos -o, mejor dicho, también en quienes los producen-, que no pueden ser excluidos del juego en caso de que se compruebe una gestión incorrecta de los mismos.
Por lo tanto, surge la necesidad de garantizar que las actividades de recogida de residuos dentro de la empresa se llevan a cabo de forma correcta, de modo que también se pueda transportar, eliminar o iniciar la valorización de acuerdo con las normas de cada uno de los residuos.
Las actividades de la empresa deben ser analizadas junto con el cliente para definir claramente los procedimientos de entrega de cada residuo, el personal debe recibir la formación adecuada para poder seguir las normas y cada paso debe ser predeterminado de forma que se minimice la posibilidad de error y, por tanto, de sanción.
Cómo vemos, la gestión de residuos es una realidad compleja, que necesita de profesionales cualificados para asesorar y trabajar junto a las empresas.
Deja una respuesta