Actualizado: 17/09/2021
Los huertos compartidos son una buena opción para todas aquellas personas que quieren cultivar sus propios alimentos y para aquéllas que disponen de terrenos. Así aquéllas personas que necesitan tierra para cultivar pueden contactar con las que tienen y no la cultivan.
Es un movimiento que comienza en España para el año 2011. Cuya filosofía es la de compartir huertos para hacer producir la tierra. Se comparte la horticultura ecológica.
¿Qué son huertos compartidos?
Es una filosofía en la que la persona que tiene la tierra pero no puede trabajar en ella. La comparte con alguien que tenga el tiempo y las ganas de cultivar. Es una agricultura comunitaria y ecológica.
Con este método no hablamos de arrendar la tierra. La persona que tiene la tierra, la cede a alguien que va a cultivarla, para luego compartir la cosecha. De esta manera ambos obtienen un beneficio y producen sus propias frutas y verduras.
Los huertos compartidos fomentan:
- La horticultura urbana.
- La recuperación de huertas tradicionales.
- La agricultura ecológica.
- La soberanía alimentaria (autosuficiencia).
- La producción local de alimentos.
- La solidaridad, cooperación y voluntariado.
¿Cuáles son las ventajas de un huerto compartido?
Las ventajas de los huertos compartidos pueden ser muchas. Tanto para las personas que comparten el mismo, como para el medio ambiente. Conozcamos algunas de ellas.
- Una manera de darle uso a tierras que están ociosas por falta de tiempo de su propietario para hacerlas producir.
- Ayuda a quienes tienen el tiempo pero no la tierra, a cultivar y producir sus propias frutas y verduras.
- Los alimentos cultivados son para el autoconsumo. Esto genera una mejor calidad de alimentación para quienes comparten el huerto y sus familias.
- La inercia térmica y la tierra hacen que el huerto absorba el calor, reduciendo la temperatura.
- Las hojas liberan oxigeno durante la noche, a través de la fotosíntesis. mejorando así el aire que se respira.
- Disminuyen la contaminación.
- Disminuyen los residuos orgánicos. Estos residuos pueden transformarse en nutrientes para los huertos urbanos.
- Se convierte en un ahorro. Siempre es más barato tener un huerto propio que comprar las hortalizas en un supermercado.
- La calidad alimentaria es superior. Los alimentos orgánicos son más nutritivos y saludables.
Participar en un huerto compartido es bueno para:
- La salud física y mental.
- El medio ambiente, porque reduce el CO2 y favorece la biodiversidad.
- La vida en comunidad, fomentando las relaciones sociales y la cooperación.
- La economía, ya que muchas personas pueden ahorrar en sus gastos de comida.
- La soberanía y seguridad alimentarias, al potenciar los productos locales.
¿Cómo ser parte de esta iniciativa?
Si te gustaría cultivar tus propias frutas y verduras pero no tienes un espacio de tierra donde hacerlo. O tienes el terreno pero no sabes, no puedes o tu tiempo no alcanza para cultivar. Eres el candidato perfecto para unirte a esta gran idea.
Existen muchas asociaciones y colectivos vecinales o particulares que se dedican a ser el puente que conecta a propietarios de terrenos con personas que quieren comenzar a cultivar de forma ecológica. Sólo tienes que buscar el tuyo en tu ciudad.
La idea es que los huertos puedan servir como punto de encuentro para que de esta manera crezca la producción ecológica, la alimentación sea más sana y se cuide el medio ambiente.
Todo huerto que se cree bajo esta modalidad debe ser ecológico, el producto de este cultivo debe usarse para el autoconsumo. Aunque es posible hacer trueques de productos con otros hortelanos ecológicos.
La cesión de la tierra es gratuita. La intención de este proyecto es el de ayudarse mutuamente en la obtención de un objetivo.