
Un vídeo capturado cerca de Nueva Zelanda muestra un pulpo aferrándose al lomo de un tiburón mako de aleta corta, el tiburón más rápido del océano abierto.
Un pulpo montando un tiburón: cuando la naturaleza nos deja sin palabras
Imagínate ir buceando, cámara en mano, y toparte con esto: un pulpo aferrado como si fuera un vaquero a lomos de un tiburón que podría dejar atrás a un coche en carretera. No es ciencia ficción ni el argumento de una película rara. Pasó de verdad, frente a las costas del norte de Nueva Zelanda.
La escena fue captada por el equipo de la profesora Rochelle Constantine, bióloga marina de la Universidad de Auckland, que seguramente ya había visto muchas cosas raras en el océano. Pero esto… esto fue otra liga.
No eran amigos, pero tampoco enemigos
El tiburón, un marrajo dientuso (el Fórmula 1 de los océanos, capaz de nadar a más de 60 km/h), iba como si nada. Tranquilo. Como si llevar un pulpo en la espalda fuera parte de su rutina diaria. El pulpo, por su parte, no se movía ni un milímetro. Ocho brazos bien pegados al lomo, como si su vida dependiera de ello. Y probablemente sí.
Porque aquí no hablamos de una escena tierna estilo «Nemo». Los tiburones y los pulpos no suelen jugar juntos. Esto fue más bien una mezcla de oportunidad, instinto y quién sabe, quizá un poco de estrategia por parte del pulpo.
¿Qué estaba haciendo ahí arriba?
Esa es la gran pregunta. Los pulpos son listos. No un poco listos—listos de verdad. Pueden abrir frascos desde dentro, usar cocos como escudos y cambiar de color según el humor (o el peligro). Así que subirse a un tiburón no suena tan loco si lo piensas como un plan rápido para huir de un depredador, esconderse a plena vista o simplemente tomar un atajo a otro sitio.
Y claro, lo bueno es que ahora tenemos tecnología para grabar estas rarezas. Drones, cámaras GoPro, y científicos que saben dónde mirar. Porque si este encuentro hubiese pasado hace veinte años, ni nos enteramos. Hoy lo tenemos en video y está dando vueltas por todo el mundo.
El marrajo: el tiburón que no conocías, pero deberías
Este tiburón no es el típico que sale en películas de terror. Es elegante, aerodinámico y veloz. Mide hasta 3,7 metros y puede cazar atunes y hasta otros tiburones. Pero también está en problemas. La pesca intensiva lo ha dejado en la cuerda floja. Está en la lista de especies en peligro, y su lenta reproducción hace que no tenga margen de error.
Por eso encuentros como este importan. No porque sean graciosos o virales. Sino porque nos dan pistas. ¿Por qué un pulpo estaba en el medio del océano, lejos del fondo marino que suele habitar? ¿Está cambiando algo en las corrientes, en la cadena alimenticia, en el hábitat? A veces, una imagen extraña es el principio de una historia mucho más grande.
Naturaleza sin guion
La ciencia tiene eso: cuanto más aprendes, más te das cuenta de lo que no sabes. Este momento breve, este autostop marino, no nos da todas las respuestas. Pero nos da algo aún más valioso: preguntas nuevas.
¿Qué más estará ocurriendo bajo la superficie? ¿Qué otras alianzas inesperadas podrían estar formándose en un océano que cambia cada día por culpa del clima y la actividad humana?
Y sobre todo, ¿cómo protegemos a estas criaturas, no solo porque son fascinantes, sino porque su futuro —y el nuestro— está conectado?
Como dijo la profesora Constantine: «El océano está lleno de cosas inesperadas». Lo difícil es estar atentos cuando pasan.
Giraldo Alberto Chuen Fernández dice
Me encantan las investigaciones de Ustedes, siempre que puedo las reviso!
Saludos Fraternales desde Santiago de Cuba City, djtitochuen 💯🇨🇺🫂