Actualizado: 02/03/2022
Christian Felber nació en 1972 en Salzburgo, es profesor universitario de economía especialista en economía alternativa y sostenible, escritor y divulgador. La economía del bien común es un nuevo modelo internacional económico que Christian ha desarrollado y promovido, en el que el bienestar social está por encima del beneficio financiero.
En los últimos años más de 1000 empresas se han sumado a este modelo revolucionario. Un sistema económico basado en los valores humanos de dignidad, solidaridad, sostenibilidad, justicia social y democracia, donde las empresas no se esfuerzan por competir entre ellas, sino que cooperan para conseguir el mayor bien común para la sociedad en su conjunto.
Es difícil imaginar la implantación de un modelo económico nuevo, que priorice el beneficio social por encima de la acumulación de riquezas. La mayoría de los mercados mundiales siempre se han orientado a esta última vertiente, y aquellos que han pretendido alterar la fórmula terminan derrumbándose más temprano que tarde.
Sin embargo, un nuevo concepto económico empieza a generar su peculiar bola de nieve en Europa. Un modelo donde no todo se mide en ganancias monetarias, y que incluye en la ecuación la naturaleza humana y sus virtudes. Este es el modelo económico del bien común.
La economía del bien común es un proyecto creado por el profesor de economía austríaco, Christian Felber, para hacerle frente al sistema capitalista y a la economía planificada, pues la filosofía de este tipo de mercado es que los lineamientos del modelo provengan de cada uno de sus integrantes.
La base de Felber para desarrollar esta forma de economía está en su planteamiento de que casi todas las constituciones del mundo señalan que la economía debe estar al servicio de los intereses generales o públicos. De esta forma, la economía del bien común supone que debería adaptarse el sistema capitalista, en el que privan los intereses personales, a la concepción anterior.
Actualmente, la economía se mueve por la competencia y las ganancias monetarias que obtienen las empresas con las actividades que realizan. En este modelo, por lo general, no se evalúa el valor humano, la explotación de los recursos naturales, entre otros aspectos que no son considerados como monetariamente beneficiosos por las grandes compañías, quienes se encargan de establecer los lineamientos del mercado.
Y ahí es justamente donde irrumpe el modelo de Felber. La economía del bien común parte de cinco valores humanos claves: dignidad, solidaridad, cooperación, responsabilidad ecológica y empatía. Para el economista, la suma de todas estas virtudes en cada empresa deberían ser consideradas y tomadas en cuenta por los consumidores.
Felber sugiere un nuevo orden, donde las condiciones laborales y humanas de todas las personas que hacen funcionar un ente económico, tengan tanta importancia como los ingresos monetarios de la misma.
Según esta arriesgada propuesta, las empresas que se valgan de este precepto deben obtener beneficios por parte de la ley, que le permitan subsistir con la competencia cuando ésta aplique el modelo económico acostumbrado.
Aunque el proyecto hasta ahora se ha limitado a un plano netamente teórico, son muchas las empresas que desde 2010 están implementando estas ideas en mayor o menor medida.
Cabe acotar que la economía del bien común busca trascender del apartado financiero y trasladarse a lo social y lo político. A través de este movimiento, se quiere transmitir ánimo y esperanza a la sociedad que se sienta oprimida. Políticamente, el objetivo es conseguir reformas a largo plazo, que garanticen por vías legales una mejor calidad de vida para todos los seres vivos.
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