Actualizado: 25/09/2018
Cuando se habla de movilidad eléctrica, de tecnología solar, o de almacenamiento de energía, ahí está Tesla. Y lo está, además, en posición destacada. Tal vez menos deslumbrantes que los Model S o que apuestas llamativas como su nuevo camión eléctrico, en la base de todo el engranaje de la firma pilotada por Elon Musk están sin embargo las baterías. Por ello, te lo contamos todo sobre ellas, desde los tipos, hasta los productos y soluciones de los que forman parte, así como las previsiones de futuro.
El futuro de las baterías de Tesla.
Empezando por las previsiones de futuro, en lo que atañe a las baterías, Tesla siempre ha apostado por la mejora, pero conteniendo los riesgos. Prueba de ello, la apuesta inalterable por baterías de litio de níquel cobalto aluminio (NCA) para los vehículos. Por su parte, para los productos orientados al almacenamiento, la firma se mantiene en las baterías de litio de níquel manganeso cobalto (NMC).
Con esta trayectoria, que se ha centrado en trabajar por la mejora de la capacidad de almacenamiento, está por ver si Tesla abrazará algunas de las novedades sobre las que se está trabajando desde la industria, como las baterías de estado sólido, una vez estas sean viables a escala industrial.
Lo que sí pasa por el futuro de Tesla es seguir reduciendo el coste de producción de cada paquete de baterías hasta situarlo por debajo de 100 dólares por kWh para 2020. Otro asunto relacionado con estas tecnologías que preocupa y ocupa a la firma es avanzar en el reciclaje a gran escala de los componentes de las baterías desechadas de vehículos y sistemas de almacenamiento. La competencia por el litio está ahí y no son pocos los que dudan de que alcance para el nivel de producción de baterías previsto para el futuro.
Presente y pasado: qué baterías y a qué capacidad.
21700 y 18650. Son las dos células de baterías sobre las que trabaja Tesla, bien en su Gigafactoría (en el caso de las primeras), o en instalaciones de Panasonic que, o las produce directamente, o lo hace en estrecha colaboración con Tesla. Las 21700 son una versión mejorada, especialmente en densidad de energía, de las 18650, que la firma ya empleó en el primer vehículo eléctrico que lanzó al mercado, el Roadster.
Respecto a la capacidad, pocos son los datos que han trascendido al público. Sin embargo, se espera que en 2018 la Gigafactoria de Tesla alcance una capacidad de producción de alrededor de 50 GWh. El objetivo a medio plazo está en triplicar esa capacidad, con la que podrían cubrirse las necesidades de un millón y medio de vehículos.
Usos de las baterías de Tesla.
El uso que Tesla hace de las baterías de ion de litio es enormemente amplio. Básicamente, se puede agrupar en las siguientes dos áreas:
1. Para vehículos.
Desde aquel ya lejano Roadster hasta el Tesla Semi presentado en noviembre de 2017, todos los vehículos fabricados por la marca (Tesla Model S, Model X, etc.) incorporan baterías de ion de litio. Obviamente, los paquetes registran variaciones significativas en tamaño y en capacidad dependiendo del modelo. Además de lo anterior, Tesla también ha suministrado baterías a otras empresas fabricantes.
En este terreno, el avance de la compañía ha sido significativo. Así, de los 53 kWh del Roadster inicial, se pasará en la nueva versión que prevé lanzarse para 2020 a los 200 kWh.
2. Para almacenamiento.
Powerwall y Powerpack son los dos elementos clave dentro de la oferta de soluciones de almacenamiento de energía de Tesla. En el caso de la Powerwall 2, la versión más reciente para el almacenamiento doméstico, esta ofrece a los propietarios una capacidad de 14 kWh.
Mientras que la segunda generación de estas baterías se enfoca en quienes quieran vivir fuera de la red o en aquellos que necesiten un sistema de apoyo frente a los cortes de electricidad, Powerpack es un sistema modular que se orienta a otro tipo de perfil.
Empresas, redes eléctricas o microgrids son los potenciales clientes a los que mira Tesla con este producto, con el que ha estado involucrado recientemente en proyectos de tanta magnitud como la construcción de la batería de iones de litio más grande del mundo.
Este proyecto, ejecutado en Australia en menos de 100 días, es uno de los muchos en los que ha participado Tesla en un terreno en el que la demanda es muy dinámica. Se espera además que la tendencia continúe, puesto que la capacidad para almacenar energía a gran escala sigue siendo uno de los principales desafíos de la industria, del que pende también la generalización de las renovables como fuente alternativa a los combustibles fósiles.
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