La débil demanda de los consumidores y los inventarios sin vender están aumentando las pérdidas de los concesionarios de todo el país, afirma la asociación industrial.
Los concesionarios de automóviles en China enfrentan pérdidas que se acercan a los 20 mil millones de dólares estadounidenses, a pesar de los subsidios gubernamentales destinados a promover el reemplazo de vehículos antiguos por vehículos eléctricos.
Según Bloomberg, la Asociación de Concesionarios de Automóviles de China informó que las pérdidas de los minoristas de automóviles alcanzaron los 138 mil millones de yuanes (alrededor de 17.5 mil millones de euros) en los primeros ocho meses de 2024, y que están experimentando una «extrema falta de liquidez».
Factores que contribuyen a la crisis
Una de las principales causas de las pérdidas es la feroz competencia de precios entre las marcas de automóviles, especialmente los fabricantes de vehículos eléctricos como BYD, que han estado reduciendo sus precios agresivamente para atraer a los consumidores chinos. Aunque el gobierno chino ha implementado subsidios para incentivar a los ciudadanos a intercambiar sus vehículos viejos por modelos eléctricos más sostenibles, las concesionarias se ven atrapadas en una espiral de guerra de precios que afecta su rentabilidad.
El exceso de inventario mayorista también ha empeorado la situación, obligando a los concesionarios a ofrecer grandes descuentos para deshacerse de los automóviles que no logran vender. Este exceso de stock proviene de una disminución en el consumo, ya que la demanda de automóviles, tanto convencionales como eléctricos, ha sido más baja de lo esperado en los últimos meses.
La importancia de los vehículos eléctricos y la sostenibilidad
El sector automovilístico en China se encuentra en un punto crucial de transición hacia la sostenibilidad. Los vehículos eléctricos se consideran una de las soluciones más importantes para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mejorar la calidad del aire, en línea con los objetivos del país de alcanzar la neutralidad de carbono para 2060. Sin embargo, la adopción de estos vehículos ha sido más lenta de lo anticipado. Aunque China es el mayor mercado mundial de vehículos eléctricos, la incertidumbre económica y las tensiones en la economía global han afectado la capacidad de los consumidores para adquirir nuevos vehículos, lo que ha contribuido a la desaceleración en las ventas.
Llamado a más apoyo gubernamental
Ante este panorama, la Asociación de Concesionarios de Automóviles de China ha hecho un llamado al gobierno para que proporcione un mayor apoyo financiero a las concesionarias, además de monitorear los riesgos financieros que enfrentan estos negocios. Las concesionarias también han solicitado medidas adicionales para estabilizar el mercado y fomentar un mayor consumo, que permita mejorar la liquidez de las empresas y evitar la acumulación de grandes inventarios.
El sector de los vehículos eléctricos no solo representa un avance hacia la reducción de la contaminación, sino que también es fundamental para el desarrollo de energías renovables. La transición hacia vehículos eléctricos puede ser un catalizador para la integración de tecnologías más limpias, como la generación de energía a partir de fuentes renovables para alimentar estos vehículos. Sin embargo, la viabilidad de esta transición depende en gran medida de la capacidad de los gobiernos y las empresas para hacer que la adopción de estos vehículos sea asequible y accesible para el público general.
Además, la situación actual en China puede ofrecer lecciones para otros mercados que buscan impulsar el uso de vehículos eléctricos. A pesar de los beneficios ambientales, es necesario que exista un equilibrio entre las políticas de subsidios, la salud financiera de las concesionarias y la capacidad de los consumidores para absorber los costos iniciales de los vehículos eléctricos, que en muchos casos siguen siendo altos en comparación con los automóviles tradicionales.
El caso de las concesionarias en China subraya los desafíos económicos y logísticos que enfrentan los mercados en transición hacia tecnologías más sostenibles, a la vez que pone de relieve la necesidad de políticas coherentes que apoyen tanto a las empresas como a los consumidores.
Vía www.scmp.com
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