La presencia de plomo en los huevos de las gallinas de los patios de las ciudades suscita preocupación por la agricultura urbana.
Un nuevo y sorprendente estudio ha descubierto que los huevos de las gallinas criadas como mascotas en los patios de las ciudades pueden contener hasta 40 veces más plomo que los huevos de las gallinas criadas comercialmente. Los investigadores recomiendan a los habitantes de los centros urbanos que analicen el suelo en busca de contaminantes antes de criar gallinas o cultivar alimentos.
Millones de hogares en Estados Unidos crían pollos, y se ha informado de que ese número ha aumentado desde que se inició la pandemia en 2020. La creciente popularidad de esta tendencia ha sido estimulada por los movimientos alimentarios locales, que inspiran a la gente a producir sus propios alimentos.
La creencia popular es que tienen una mejor calidad de vida y producen huevos y carne más seguros y nutritivos que los comerciales.
Investigadores de la Universidad de California sugirieron que una clara falta de supervisión regulatoria significaba que la práctica estaba plagada de peligros para la salud humana y el bienestar animal. Ahora, un equipo de investigadores australianos ha señalado otro problema con los huevos de gallinas de corral: la contaminación por plomo.
Tras los hallazgos anteriores que indicaban que los huevos de gallinas de patio en los centros urbanos pueden contener niveles de plomo superiores a la media, el nuevo estudio se propuso investigar las fuentes exactas de exposición al plomo y qué niveles específicos de plomo ambiental pueden considerarse seguros para la cría de pollos. Para ello, los investigadores evaluaron a los pollos de 55 hogares de la zona urbana de Sydney.
Se rastrearon los niveles de plomo en los pollos y en sus huevos. También se midieron los contaminantes en el agua potable, el pienso de los pollos y el suelo de cada lugar.
Aunque los investigadores señalan que no existen normas mundiales sobre los niveles seguros de metales traza en los huevos, los resultados revelaron que los huevos de las gallinas de traspatio contenían hasta 40 veces más plomo que el que normalmente se encuentra en los productos comerciales.
La nueva investigación también descubrió que el suelo contaminado era la principal fuente de exposición al plomo de los pollos de los huertos comunitarios. Las concentraciones de plomo en la sangre y los huevos de las gallinas podrían estar directamente relacionadas con el nivel de plomo en el suelo circundante.
Un análisis más profundo de los datos mostró que los hogares más antiguos eran mucho más propensos a tener altos niveles de plomo en los suelos, los pollos y sus huevos. Este hallazgo coincide con otros estudios que descubrieron que las casas más antiguas corren más riesgo de contaminación heredada del antiguo uso de pinturas con plomo, gasolina con plomo y tuberías de plomo.
La creciente popularidad de la agricultura urbana ha dado lugar a un número cada vez mayor de investigaciones sobre la contaminación del suelo y su efecto en la seguridad alimentaria. Esta investigación se ha centrado a menudo en las frutas y verduras, descubriendo que la absorción de toxinas por parte de los alimentos puede variar significativamente dependiendo de cada cultivo.
Los investigadores de este nuevo estudio insisten en que estos resultados no deben impedir que la gente se dedique a la jardinería urbana. Sugieren que se trata de una actividad muy importante que debe fomentarse, pero que quienes viven en zonas urbanas y del centro de la ciudad deben ser conscientes de la contaminación e incluso analizar su suelo.
Los contaminantes se han acumulado en los suelos a lo largo de la historia de nuestras ciudades. Estos contaminantes heredados pueden entrar en nuestra cadena alimentaria a través de las verduras, las abejas y los pollos. Especialmente en las localidades más antiguas del centro de la ciudad, sería prudente hacer analizar sus suelos.
Desafortunadamente, la práctica llevada a cabo por la industria del huevo difiere de ser todo lo ecológica que nos gustaría, por mucho que nos quieran hacer creer lo contrario. Si quieres saber más te recomiendo este artículo: «La realidad de la industria del huevo«.
V dice
El hallazgo real aquí es la contaminación de nuestros espacios urbanos detectada indirectamente por el plomo en los huevos de las gallinas criadas en jardines de la cuidad.
Debían revisar la redacción del artículo.
MOROLO dice
ES FALSO AL CONTRARIO LAS GALLINAS INDUSTRIALES SU COMIDA VIENE CON QUÍMICOS METALES Y OTROS ..LAS CASERAS SON MAS SANAS
JOSE JUAN SANTANDER GRANADOS dice
Esta es una opinión tendenciosa que parece ser pagada para evitar que las familias generen sus propios alimentos. Si a la autosuficiencia y soberanía alimentaria!
Mario dice
Debería de ser más específico el título del artículo como por ejemplo En ciudades de EEUU y Australia podría contener más plomo ….etc.