La cuestión de la fiabilidad de los paneles solares ha estado presente desde los inicios del sector, en parte porque los paneles solares no funcionan eficazmente cuando las condiciones son frías o hay nevadas. Este mito se ha desmontado una y otra vez con el despliegue de un proyecto de microrred de energía solar más almacenamiento, muy pequeño pero muy significativo, en Alaska.
Blue Planet Energy ha desplegado con éxito este proyecto, el primero de su clase, para dar apoyo a los residentes de Shungnak, una comunidad remota por encima del Círculo Polar Ártico en Alaska.
La microrred se diseñó para hacer frente a los numerosos retos que supone operar en condiciones extremas y acabar con la dependencia de la comunidad de su costosa y contaminante central eléctrica con generador diésel.
La microrred resistente consiste en un conjunto solar de 225 kW que puede compensar gran parte de las necesidades energéticas de Shungnak.
El sistema está integrado con 12 armarios de sistemas de baterías Blue Ion LX de 32 kWh, cada uno de los cuales almacena el exceso de energía para su uso posterior.
Además de reducir la huella de carbono del pueblo, el sistema también disminuye en gran medida los elevados costes de combustible y mantenimiento asociados al funcionamiento de generadores diésel en la remota Alaska.
El sistema de microrred está diseñado de forma exclusiva para permitir el funcionamiento sin gasóleo.
Gracias a la solución de controlador de microrredes ARC de Ageto, el sistema puede coordinar automáticamente la energía solar y el almacenamiento de energía para garantizar la energía de menor coste, y se comunica con la central eléctrica de AVEC para determinar los mejores momentos para apagar la generación de diésel. Cuando el sol brilla menos durante los meses de invierno, las baterías pueden seguir recargándose con los generadores si es necesario.
Se espera que este sistema de energía solar más almacenamiento ahorre 95.000 litros de combustible al año, lo que supone un ahorro estimado de 200.000 dólares anuales en costes de combustible. Además, está ayudando a desarrollar un marco que puede ser replicado en otras comunidades remotas.
Producir energía en las zonas rurales de Alaska es enormemente difícil, entre el transporte de combustible a la ciudad en avión o barco y la lucha contra las temperaturas que pueden congelar los motores de los generadores. Proyectos emblemáticos como éste son una promesa emocionante para la gente de Alaska y las comunidades rurales de todo el mundo para un futuro energéticamente resistente.
Ava Gibson, jefa de ventas de Blue Planet Energy.
Shungnak dependía de un sistema de energía basado en el diésel, y muchos de los niños nunca han conocido la vida en el pueblo sin el zumbido constante del diésel de fondo o el olor de los gases de escape.
Blue Planet Energy fue fundamental para el éxito de este proyecto. Gracias al sistema de almacenamiento de energía, podemos apagar los motores diésel pero mantener las luces encendidas en la comunidad. Además, ofrece a la empresa local la posibilidad de funcionar con energía 100% limpia durante horas.
Rob Roys, director de innovación de Launch Alaska.
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