Baterías modulares y sostenibles para coches eléctricos: el proyecto europeo Marbel apuesta por el ecodiseño, la segunda vida y la inteligencia artificial para reducir emisiones, alargar la vida útil y avanzar hacia una movilidad más limpia.
- Baterías modulares, más fáciles de montar/desmontar.
- Hasta 60 % de aluminio reciclado, ahorro de 777 kg CO₂ por batería.
- Inteligencia artificial predice vida útil y salud de la batería.
- Tecnología de carga ultrarrápida y eficiente.
- Posibilidad de pasar de 400 a 800V según necesidad.
- Segunda vida para usos energéticos más allá del coche.
- Recuperación de metales valiosos como litio, níquel, cobalto.
- Reducción de cableado: de 20 metros a 80 cm.
- Sistema con gemelo digital y gestión inteligente inalámbrica.
- Participación de 16 socios en 8 países europeos.
Ecodiseñan baterías eléctricas de automóviles modulares para darles una segunda vida
Un diseño centrado en el desmontaje, la reparación y la reutilización
El proyecto europeo Marbel ha desarrollado un nuevo concepto de batería para vehículos eléctricos basado en el ecodiseño, la modularidad y el reciclaje a gran escala. Su objetivo es claro: reducir el impacto ambiental de la electromovilidad y avanzar hacia una economía circular en la industria automotriz.
Una de las claves del diseño es que los componentes pueden ensamblarse y desensamblarse fácilmente, lo cual mejora su reparación, reutilización y reciclaje. Esto permite alargar la vida útil de la batería, reduciendo residuos y el consumo de nuevos materiales.
Materiales sostenibles: menos CO₂, más circularidad
El 60 % del aluminio utilizado en las cajas de batería proviene de aluminio reciclado posconsumo, logrando un ahorro de hasta 777 kg de CO₂ equivalente por unidad. Este enfoque permite reducir la huella de carbono en la fabricación y contribuye a un modelo de producción más sostenible.
Carga ultrarrápida y arquitectura flexible
Se ha diseñado un sistema que facilita la carga ultrarrápida, gracias a un esquema de refrigeración uniforme en celdas y barras conductoras (busbars), y algoritmos de optimización de carga. También se ha incluido una Junction Box que permite conmutar entre 400 y 800 voltios, lo que aporta flexibilidad para diferentes tipos de batería y vehículos.
Inteligencia artificial al servicio de la batería
El Sistema de Gestión de la Batería (BMS) de Marbel integra una arquitectura inteligente y conectada inalámbricamente, reduciendo peso, coste y complejidad de ensamblaje. Se ha desarrollado un Smart Cell Manager (iSCM) que se instala en cada celda y comunica directamente con el BMS mediante Bluetooth, reduciendo el cableado de más de 20 metros a tan solo 80 centímetros.
Todos los datos generados se agrupan en un gemelo digital basado en IA y machine learning, capaz de predecir la vida útil, el estado de carga y salud de la batería, y planificar su segunda vida útil de forma eficiente.
Segunda vida: más allá del vehículo
Una parte esencial del proyecto es la posibilidad de dar a las baterías una segunda vida útil. Una vez que su rendimiento ya no es óptimo para automoción, pueden reacondicionarse y utilizarse en otras aplicaciones energéticas, como sistemas de almacenamiento en instalaciones fotovoltaicas o edificios inteligentes.
Esta estrategia no solo alarga el uso de materiales, sino que también reduce la generación de residuos peligrosos, cumpliendo con la normativa europea de sostenibilidad para baterías.
Recuperación avanzada de materiales valiosos
Marbel también ha implementado técnicas de recuperación de litio, cobalto, níquel, manganeso y grafito de alta pureza, cumpliendo con los exigentes estándares del Reglamento Europeo. Esto reduce la dependencia de nuevas materias primas y fomenta la circularidad.
Potencial de esta tecnología
La modularidad, el ecodiseño y la segunda vida de las baterías no solo benefician a la industria automotriz. Este tipo de innovaciones pueden:
- Reducir la extracción de materias primas y su impacto ambiental.
- Disminuir las emisiones de CO₂ en toda la cadena de valor.
- Aumentar la vida útil de los productos tecnológicos, lo que implica menos residuos.
- Facilitar la transición energética, al ofrecer soluciones de almacenamiento escalables y accesibles.
Este tipo de baterías inteligentes también son más fáciles de integrar en sistemas descentralizados de energía, como comunidades energéticas locales o microrredes, lo que amplifica su impacto positivo.
¿Qué podemos aprender de este avance?
- Diseñar con la reutilización en mente ya no es opcional, es clave para la sostenibilidad.
- Alargar la vida útil de los productos no solo ahorra recursos, también ahorra dinero.
- La tecnología puede ser parte de la solución, siempre que se piense desde el principio con criterios ecológicos.
- Reciclar no es suficiente: debemos apostar también por la reparación y reacondicionamiento.
- Cada decisión de diseño importa, desde los materiales hasta la facilidad de desmontaje.
- La colaboración internacional es fundamental para abordar los desafíos globales del cambio climático y la transición energética.
Vía eurecat.org
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