Actualizado: 16/12/2022
Si los días encapotados que amenazaban lluvia planteaban hasta ahora uno de los mayores desafíos a la tecnología para la captación de energía solar, un equipo científico chino puede haber puesto fin a este problema. Para ello, ha desarrollado una nueva célula solar híbrida que no solo capta energía del sol, sino que lo hace también de las gotas de lluvia.
De dar el salto del laboratorio a la fase comercial, la innovación firmada por la Universidad China de Soochow supondría un avance de consideración al aportar mayor estabilidad a la generación de electricidad a través de los paneles solares. Para ello, el primer paso ha consistido en darle una nueva pensada a los nanogeneradores triboeléctricos (TENG), que hacen posible, precisamente, que la energía mecánica de las gotas de lluvia se convierta en electricidad.
Aunque ya se había intentado previamente integrar los TENG y las células solares, lo cierto es que la propuesta que llega desde el gigante asiático supera toda aproximación anterior. Y es que, si hasta ahora los sistemas creados para aprovechar la energía tanto de sol como de la lluvia se caracterizaban por un proceso de producción extremadamente complicado y por un producto final muy voluminoso, el de este grupo cambia el paradigma.
La célula híbrida diseñada por estos expertos destaca por su sencillez y ligereza. Tanto es así que, según explica uno de los científicos que ha participado en el proyecto, Zhen Wen, a Phys.org, uno de sus próximos logros podría ser la integración del dispositivo en prendas de vestir. “Mi deseo es fabricar ropa que pueda generar electricidad gracias al sol y a la lluvia, para utilizarla en dispositivos electrónicos portátiles”, asegura el experto.
El deseo es, además, un intento en curso. Así, mientras avanzan ya en el diseño de un sistema en forma de fibra, el híbrido que han creado se diferencia sensiblemente del resto, sobre todo en un aspecto. La celda solar de silicio empleada se integra con los TENG mediante un electrodo mutuo situado en el medio del dispositivo, que conduce la energía del nanogenerador a la célula. Las ventajas de la elección son muchas, tal y como detallan en un artículo publicado en ACS Nano. La reducción de los reflejos, la mayor protección de la celda solar, en especial frente al agua, y la mejora de la generación de energía respecto a intentos anteriores son algunas de las fortalezas de esta idea. Sin embargo, la simplicidad de su diseño y su ligereza destacan.
Pese a sacar lo mejor de la tecnología solar y de los TENG, a esta tecnología que podría ser rompedora le quedan aspectos por pulir. Entre ellos, como apuntan desde el equipo, el hecho de que no se pueda sacar provecho a ambas posibilidades a la vez. “Si al mismo tiempo lloviera e hiciera sol, tendríamos que renunciar a una de las funciones del generador híbrido”, admiten los expertos. Por la poca frecuencia de estos fenómenos, ese riesgo no enturbia el salto adelante que este proyecto puede llegar a suponer.
Deja una respuesta