Actualizado: 03/06/2022
Una parte importante de los residuos de alfombras consiste en polipropileno derivado del petróleo. Al tratarse de un producto no reciclable, su eliminación ha supuesto hasta ahora la incineración o el vertido.
Sin embargo, un nuevo disolvente permite ahora recuperar polipropileno virgen de los residuos de alfombras, sin que la calidad disminuya. Desarrollado por el Instituto Fraunhofer de Física de la Construcción (IBP) y sus socios, el proceso también implica unos costes bastante competitivos. El desarrollo ha tenido lugar en el marco del proyecto europeo ISOPREP.
Sólo en la Unión Europea se producen alrededor de 1,6 millones de toneladas de residuos de alfombras al año. La mayor parte acaba en el vertedero o en la incineración, ya que la moqueta es un material compuesto que no se presta a métodos de reciclaje puramente mecánicos.
Los residuos de alfombras analizados en el proyecto se componen en una cuarta parte de polipropileno, un plástico derivado del petróleo, por lo que se desperdician muchos recursos.
El reciclaje de alfombras ya es posible gracias a un nuevo proceso.
Un equipo de investigadores ha desarrollado un nuevo proceso de reciclaje en el marco de un proyecto de la UE denominado ISOPREP.
Por primera vez, esto permite recuperar el polipropileno de los residuos de alfombras, y el resultado es de calidad virgen. Esto no sólo permite que el polipropileno recuperado se utilice en productos de menor calidad (en un proceso conocido como downcycling), sino que también significa que la calidad es similar a la del polipropileno recién fabricado, lo que hace que el material también sea adecuado para productos de alta calidad.
Maike Illner, investigadora del Fraunhofer IBP.
El proceso se basa en un disolvente especial en forma de líquido iónico. Con los componentes adecuados, es capaz de extraer selectivamente el polipropileno de las fibras de las alfombras.
Antes de que el equipo de expertos aplique el disolvente, los residuos de la moqueta se limpian -lo que implica eliminar la mayor parte posible del soporte- y se descomponen.
Una vez completado el pretratamiento, los residuos se introducen en un reactor en el que se someten al tratamiento con el disolvente. El polipropileno se disuelve selectivamente en el disolvente, un método que permite eliminar eficazmente los colorantes y otros aditivos.
El proceso ya se usa a gran escala en el laboratorio, con varios litros de disolvente, y ahora el consorcio de investigación se ha propuesto ampliar el proceso a una planta piloto con capacidad para reciclar una tonelada de residuos de alfombras al día. Está previsto que la planta piloto comience a funcionar al final del proyecto, en marzo de 2022.
Costes e impacto ambiental.
Un proceso de reciclaje sólo puede implantarse a gran escala si sus costes son competitivos. Para esta aplicación, esto significa retener la mayor cantidad posible del costoso líquido iónico en el ciclo.
Si los índices de pérdida se mantienen en un 1% o menos, los costes del proceso pueden competir con los de la producción de polipropileno nuevo. Lo sabemos gracias a un análisis económico preliminar que hemos realizado en el Fraunhofer IBP.
Maike Illner.
El análisis implicó que los investigadores del Fraunhofer investigaran las cantidades de material y energía que se necesitarían para el proceso y qué tipo de producto saldría, y luego calcularan los costes asociados. El equipo también estudió la evolución de los costes a largo plazo.
Si el consorcio es capaz de lograr su objetivo de mantener las tasas de pérdida de disolventes en un 1% o menos también en este caso, las necesidades de energía primaria y las emisiones de gases de efecto invernadero se mantendrán en una escala similar a las implicadas en la producción de polipropileno nuevo.
Potencial de transferencia a otros flujos de residuos de polipropileno.
Aunque los residuos de alfombras eran el objetivo de este proyecto, el proceso que se ha desarrollado tiene aplicaciones potenciales mucho más allá. Los expertos creen que podría transferirse a toda una serie de flujos de residuos que contienen polipropileno y que no son aptos para los métodos de reciclaje convencionales.
Un ejemplo son los productos de polipropileno que contienen tintes y aditivos. Hasta ahora, ha sido difícil extraerlos del plástico, lo que significa que el polipropileno reciclado sólo ha sido adecuado para su uso en productos de menor calidad.
Maike Illner.
El nuevo proceso separa el polipropileno no sólo de otros materiales, sino también de los colorantes y otros aditivos, lo que permite utilizarlo en aplicaciones de alta calidad.
Este proyecto ha recibido financiación del programa de investigación e innovación Horizonte 2020 de la Unión Europea.
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