Actualizado: 12/07/2022
La idea es que el nuevo material se pueda instalar desde el suelo hasta los tejados de los edificios para producir aire limpio y alimento ecológico.
La humanidad está dando pasos rápidos hacia su destrucción, como lo revelan informes que se conocen de expertos de todo el mundo. Pero todavía hay gente con esperanza de revertir esta situación, y parte de la solución radica en un esfuerzo conjunto de múltiples acciones. Un ejemplo de ellas es la tecnología BioSolar Leaf desarrollada en Londres, Inglaterra, para mejorar la calidad del aire.
Diseñado por el Imperial College London University en colaboración con Arborea, BioSolar Leaf purifica el aire a través de la fotosíntesis de plantas microscópicas, elimina los gases de efecto invernadero del ambiente y genera oxígeno respirable. Todo esto se realiza en un sistema de cultivo que facilita el crecimiento de plantas diminutas -como microalgas, diatomeas y fitoplancton- en grandes estructuras similares a los paneles solares. La idea es que el invento se pueda instalar en terrenos vacíos, edificios u otros lugares.
Un punto interesante del proyecto es que los organismos que crecen en los paneles pueden ser cosechados y usados como alimento. El sistema produce una fuente de biomasa orgánica de la que Arborea quiere extraer aditivos alimentarios nutritivos para productos alimenticios a base de hierbas. Aunque las microalgas ya se utilizan en la alimentación, según Julian Melchiorri, CEO de Arborea, los nuevos paneles utilizan un proceso de producción patentado que «hace que el cultivo sea más barato, más escalable y resulte en un producto de mayor calidad».
Mientras que el proyecto garantiza la producción de oxígeno respirable a una velocidad equivalente a 100 árboles en una pequeña superficie, el proyecto Melchiorri se centra en el sistema alimentario. Quiere producir más proteínas de forma ecológica, crear más fuentes de antioxidantes y colorantes alimentarios naturales. Según sus creadores, la contaminación climática evitada por la producción de proteínas a partir de algas es aún más significativa que la capacidad de las algas para absorber el CO2 del aire.
Julian Melchiorri, antiguo alumno del Imperial College London, ya está instalando una planta piloto en la institución. Siga el proyecto en la página web de Arborea.
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