Los pararrayos se han utilizado para guiar los rayos durante siglos, pero ahora los científicos han demostrado algo un poco más avanzado que un humilde palo de metal. Se ha demostrado que un rayo láser de alta potencia desvía los rayos hacia el cielo, lo que podría dar lugar a pararrayos láser que protejan una zona más amplia de caídas peligrosas.
El rayo es uno de los fenómenos naturales más energéticos, ya que desata millones de voltios en fracciones de segundo. Por supuesto, puede ser destructivo, dañar edificios, cortar el suministro eléctrico, provocar incendios y causar heridos y muertos.
Durante siglos, nuestra mejor defensa contra los rayos ha sido el pararrayos, un simple palo de metal sujeto a edificios altos que atrae la electricidad y la guía con seguridad hasta el suelo. Pero su alcance es limitado: un pararrayos de 10 m puede proteger un área de sólo 10 m a su alrededor. Para proteger un edificio tan grande como, por ejemplo, un aeropuerto o un parque eólico, se necesitarían pararrayos demasiado grandes.
Ahora, investigadores europeos han demostrado un nuevo sistema más eficaz. El pararrayos láser (LLR) consiste, como su nombre indica, en proyectar un láser en las nubes durante una tormenta para forjar un camino de menor resistencia por el que fluya la electricidad. Y puede llegar mucho más lejos que un pararrayos.
Cuando se emiten pulsos láser de muy alta potencia en la atmósfera, se forman filamentos de luz muy intensa en el interior del haz. Estos filamentos ionizan las moléculas de nitrógeno y oxígeno presentes en el aire, que liberan electrones libres para moverse. Este aire ionizado, llamado ‘plasma’, se convierte en conductor eléctrico.
Jean-Pierre Wolf, último autor del estudio.
Para demostrar el concepto, los científicos desarrollaron un nuevo sistema láser con una potencia media de 1 kW, que pulsa unas 1.000 veces por segundo y libera un julio de energía por pulso. Se instaló en la cima de Säntis, en los Alpes suizos, cerca de una torre que atrae unos 100 rayos al año.
En 2021, el equipo probó el sistema durante las tormentas que azotaron la zona. El láser se proyectaba hacia el cielo, cerca de la parte superior de la torre, para tratar de atraer los rayos hacia el haz antes de que alcanzaran el pararrayos habitual de la torre. Ese verano cayeron cuatro rayos en la torre mientras el láser estaba encendido, y el rayo se dobló.
A partir del primer rayo láser, comprobamos que la descarga podía seguir al rayo casi 60 m antes de alcanzar la torre, lo que aumentaba el radio de la superficie de protección de 120 a 180 m
Jean-Pierre Wolf
La idea de utilizar láseres como pararrayos existe desde hace tiempo y ha resultado prometedora en experimentos de laboratorio, pero el equipo afirma que es la primera vez que se demuestra en el mundo real.
Según el equipo, el objetivo final del proyecto LLR es utilizar un láser para ampliar 500 m la influencia de un pararrayos de 10 m de longitud.
Vía www.unige.ch
Yordy93 dice
Excelente resultado!!!