La nueva tecnología desarrollada por la Universidad de Berkeley podría alejar los plásticos de los vertederos y los océanos, y llevarlos al cubo de compostaje del patio trasero.
La contaminación por plásticos es una de las amenazas medioambientales más graves a las que nos enfrentamos, e incluso con todas las noticias y advertencias sobre la necesidad de reducir el plástico y reciclar la mayor cantidad de material posible, las tasas de reciclaje están por debajo del 10%.
Incluso los llamados plásticos biodegradables tardan meses en descomponerse, y cuando finalmente lo hacen, forman microplásticos, que se encuentran en los océanos, en nuestros alimentos, en el agua de lluvia e incluso en nuestros órganos.
El escenario es bastante descorazonador. Pero los científicos del Laboratorio de Berkeley y de la Universidad de Berkeley traen una buena noticia: han desarrollado un plástico compostable, activado por enzimas, que es una esperanza para combatir la contaminación por plástico en todo el mundo.
En la naturaleza, las enzimas son lo que la naturaleza usa para descomponer las cosas, e incluso cuando morimos, las enzimas hacen que nuestros cuerpos se descompongan de forma natural. Así que para este estudio nos preguntamos: ‘¿Cómo pueden las enzimas ‘descomponer’ el plástico para que forme parte de la naturaleza?
Ting Xu, científico Ciencias de los Materiales del Laboratorio de Berkeley
Xu dirige un equipo interdisciplinar de científicos e ingenieros de universidades y laboratorios nacionales de todo el país para abordar el creciente problema que plantean los plásticos de un solo uso, entre los que se encuentran los llamados plásticos biodegradables.
¿Plásticos biodegradables?
La mayoría de los plásticos biodegradables están compuestos por ácido poliláctico (PLA), un material plástico de origen vegetal mezclado con almidón de maíz. También existe la policaprolactona (PCL), un poliéster biodegradable muy utilizado en aplicaciones biomédicas.
El problema del plástico biodegradable convencional disponible en la actualidad es que el material no puede distinguirse de otros tipos de plástico y gran parte de él acaba en los vertederos.
El plástico biodegradable, aunque se descompone más rápido que los plásticos convencionales, no lo hace a la misma velocidad que otros residuos orgánicos. Y cuando va a parar a los vertederos, acaba contaminando los residuos orgánicos.
Corinne Scown, coautora del estudio.
El inconveniente es que los plásticos biodegradables pueden descomponerse con el tiempo, pero incluso entonces, dijo Xu, sólo se descomponen en microplásticos, que siguen siendo plásticos, sólo que mucho más pequeños.
Para resolver este problema, Xu y su equipo decidieron adoptar un enfoque diferente, usando enzimas.
En una serie de experimentos, publicados en la revista Nature , Xu y su equipo incorporaron trazas de enzimas comerciales y de proteinasa K en materiales plásticos, además de un protector de enzimas para ayudar a dispersarlas a unos pocos nanómetros (milmillonésimas de metro).
En un resultado sorprendente, los científicos descubrieron que el agua corriente del hogar o los compuestos estándar del suelo convertían el material plástico incrustado en la enzima en pequeñas moléculas llamadas monómeros y eliminaban los microplásticos en sólo unos días o semanas.
También descubrieron que la enzima utilizada (Burkholderia cepacian lipase o BC-lipase) es una «comedora» meticulosa. Antes de que la enzima pueda convertir una cadena de polímeros en monómeros, debe captar el final de una cadena de polímeros. Controlando el tiempo en el que la enzima puede hacer esto, es posible asegurar que los materiales no se degraden antes de ser colocados en el agua caliente o en el compost.
Estos descubrimientos son importantes para que el producto sea económicamente viable. Las enzimas industriales cuestan unos 10 dólares por kilogramo, y este nuevo enfoque las encarece sólo unos céntimos. Scown explica que con este proceso, el material desarrollado tiene una vida útil de más de 7 meses.
Mirando al futuro.
El plástico compostable podría utilizarse primero para sustituir los plásticos desechables tradicionales usados en los envases. En el caso de las frutas y hortalizas, por ejemplo, los residuos orgánicos podrían enviarse para su compostaje con estos envases, lo que optimizaría el proceso.
El siguiente paso sería aplicar el mismo proceso a otros tipos de plástico, como los usados en la fabricación de juguetes o piezas electrónicas.
Xu y su equipo ya han presentado una solicitud de patente en la oficina de patentes de la Universidad de Berkeley y el plástico compostable podría salir al mercado en breve.
Vía berkeley.edu
Leontari dice
Genial Invento para el futuro de la humanidad.