La espera de la primera camioneta eléctrica producida en serie ha terminado: Rivian ha producido la primera R1T, lo que la convierte en la primera empresa automovilística en ensamblar una camioneta con caja de baterías en Estados Unidos. La start-up se ha adelantado así a otros fabricantes, como Tesla, Ford y General Motors, que pretenden electrificar un segmento del mercado estadounidense con gran potencial, dada la continua y sostenida preferencia de los estadounidenses por los vehículos de alta cilindrada.
La primera R1T de producción fue lanzada a la fama a través de unas fotos publicadas por el CEO RJ Scaringe para acompañar un post en su cuenta de Twitter.
«Tras meses de preproducción«, escribió el fundador de la empresa, «esta mañana ha salido de las líneas de producción nuestro primer vehículo destinado a un cliente«.
Con el inicio de la producción en Normal (Illinois), las entregas de la Launch Edition podrán comenzar en breve, seguidas en enero por otras dos versiones (Adventure y Explore), mientras que a finales de año la gama también verá la incorporación del SUV R1S.
Características técnicas.
La R1T está acreditada, según la certificación obtenida a principios de mes por la EPA (la agencia de protección medioambiental estadounidense), con una autonomía de 505 kilómetros con una sola carga, que se eleva a más de 643 km en las variantes que llegarán a principios del año que viene (la empresa también tiene previsto lanzar una versión de entrada capaz de recorrer algo más de 400 km).
La pick-up cuenta con cuatro motores eléctricos (uno en cada rueda para proporcionar la tracción total necesaria para el off-road) para acelerar de 0 a 100 km/h en unos tres segundos y tiene una capacidad de remolque de algo menos de cinco toneladas.
Hasta ahora se sabe poco sobre la capacidad de las baterías suministradas por Samsung SDI, pero se ha hablado en el pasado de tres configuraciones diferentes: 105, 135 y 180 kWh.
Las especificaciones técnicas del R1S (un SUV de siete plazas) no diferirán mucho, con algunas excepciones, como una capacidad de remolque inferior a 3,5 toneladas.
Empresa.
En cualquier caso, el inicio de la producción de la pick-up, que ya se ha pospuesto varias veces debido a las consecuencias de la pandemia de coronavirus y la crisis de los semiconductores, representa un importante paso adelante para Rivian a la hora de demostrar la validez de sus estrategias de crecimiento y expansión, sobre todo a los ojos del mercado bursátil.
La empresa, fundada por Scaringe hace doce años, ha recaudado hasta ahora más de 10.000 millones de dólares de varios inversores, entre ellos el financiero Soros y el gigante de la gestión de activos BlackRock, y ahora se prepara para aterrizar en Wall Street con el fin de conseguir nuevo capital para proyectos de desarrollo y, posiblemente, nuevas instalaciones de producción en Estados Unidos y, tal vez, en Europa.
A finales de agosto se presentó un informe preliminar ante la Comisión de Valores de Estados Unidos. La documentación se ha presentado «en secreto», lo que significa que varios términos de la operación no se han revelado deliberadamente: por ejemplo, el número de acciones disponibles para su colocación en bolsa y su precio inicial aún no se han definido. Sin embargo, según los rumores de la prensa estadounidense, la cúpula de la compañía se ha marcado como objetivo obtener una valoración de unos 80.000 millones de dólares durante el proceso de licitación y, por tanto, «monetizar» las grandes expectativas entre los inversores por la llegada a la bolsa de una empresa que promete, quizás más que ninguna otra start-up eléctrica, convertirse en la verdadera anti-Tesla.
Pick-up eléctricas.
Por otro lado, no sólo los grandes inversores institucionales han apostado por Rivian, sino también Ford y Amazon, que ha hecho un pedido de 100.000 unidades de una furgoneta con batería diseñada específicamente para satisfacer las necesidades de los conductores de reparto.
Si Rivian consigue alcanzar su objetivo, su valor superaría los 74.000 millones de capitalización de General Motors y los 52.000 millones de Ford, ambas con unos meses de retraso en la carrera por lanzar el primer pick-up con batería: el grupo de Detroit espera estrenar el GMC Hummer a finales de año, mientras que el F-150 Lightning de Dearborn tiene previsto llegar al mercado a principios de 2022.
También se espera que el esperado Cybertruck de Tesla haga su debut a finales del próximo año. Y es que el polémico pick-up californiano ya se ha retrasado varias veces: presentado en 2019, debía llegar al mercado este año, pero su producción se ha pospuesto por la necesidad de Tesla de centrarse en el Model 3 y el Y y en la ampliación de su red de producción. Además, según el CEO Elon Musk, el fabricante de Palo Alto está encontrando varias dificultades para adaptar sus procesos de producción a las características técnicas y estilísticas del Cybertruck (la producción de la carrocería de acero inoxidable está resultando especialmente problemática).
Vía twitter
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