Las olas de calor actuales, que probablemente aumentarán en intensidad y frecuencia en el futuro, están impulsando un aumento en el uso de los aires acondicionados, amenazando el medio ambiente con su alto consumo de energía y refrigerantes con alto potencial de calentamiento. Un nuevo estudio concluye que el cambio al propano como refrigerante podría reducir el aumento de la temperatura global debido a la refrigeración de espacios.
Gastamos enormes cantidades de energía en combatir el calor en verano, o a lo largo de todo el año en las latitudes más bajas: alrededor de una décima parte del total del suministro eléctrico mundial.
Si se mantienen las tendencias actuales de temperatura, la demanda de energía de los aires acondicionados se triplicará con creces de aquí a 2050. De hecho, la crisis actual de energía en Europa, ha hecho a países como España limitar la temperatura de refrigeración, por su alto consumo eléctrico.
Aparte del aumento del consumo de energía, los climatizadores también amenazan el medio ambiente de diferentes maneras: utilizando refrigerantes halogenados con un alto potencial de calentamiento global.
Los acondicionadores de aire divididos (Split ACs) que utilizan una unidad de aire interior y otra exterior conectadas por tuberías son los aparatos más comunes utilizados para la refrigeración de espacios. En su mayoría utilizan HCFC-22 y HFC-410 como refrigerantes, ambos caracterizados por un potencial de calentamiento global muy alto, de hasta 2.256, lo que significa que atrapan hasta 2.256 veces más calor que el dióxido de carbono a lo largo de 100 años. Instados por la Enmienda de Kigali al Protocolo de Montreal, muchos fabricantes están buscando refrigerantes alternativos con puntuaciones de potencial de calentamiento global más bajas, como el HFC-32. Sin embargo, con una puntuación de potencial de calentamiento global de 771, el HFC-32 sigue representando un riesgo climático importante.
Un estudio dirigido por el investigador del IIASA Pallav Purohit, en colaboración con investigadores del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y de la Universidad de Leeds, demostró que si se cambiara al propano, un refrigerante alternativo de bajo (<1) potencial de calentamiento global para la refrigeración de espacios, se podría evitar un aumento de 0,09 °C en la temperatura global para finales de siglo, contribuyendo así de forma significativa a mantener el aumento de la temperatura global por debajo de 1,5 °C.
En el estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America (PNAS), los investigadores utilizaron el modelo GAINS (Greenhouse Gas – Air Pollution Interactions and Synergies) de la IIASA para comparar los escenarios de emisiones de refrigerantes halogenados de referencia con los escenarios de cambio a HFC-32 o propano. Aunque el cambio al HFC-32 también disminuyó el aumento de la temperatura global (0,03°C a finales de siglo), el propano resultó ser la solución superior en términos de sostenibilidad.
El propano presenta importantes ventajas medioambientales gracias a su buen rendimiento energético y a un potencial de calentamiento global inferior a 1. En los split-AC de hasta 7 kW, el propano puede considerarse una alternativa técnicamente válida a los split-AC con HFC.
Pallav Purohit
En los mercados chino e indio ya se comercializan split-AC de bajo consumo que utilizan propano. A pesar de que su rendimiento es similar al de los split-AC que utilizan HFC-32, e incluso mejor que el de los aparatos actualmente extendidos que utilizan HFC-410A y HCFC-22, algunas normativas nacionales prohíben su uso, principalmente debido a las normas y códigos que restringen el uso de refrigerantes con mayor inflamabilidad, lo que dificulta su adopción más amplia.
Para alcanzar los ambiciosos objetivos de neutralidad climática de la UE para 2050, es necesario actuar con prontitud y de forma agresiva. A corto plazo, la conversión de los nuevos sistemas de aire acondicionado a refrigerantes más respetuosos con el medio ambiente puede reducir significativamente su impacto climático, lo que subraya la urgencia de actualizar las normas para los responsables políticos.
Pallav Purohit
Vía iiasa.ac.at
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