Actualizado: 05/07/2024
La búsqueda de acciones más sostenibles es una tendencia que se ha consolidado en las ideas de un sector creciente de la sociedad y que afecta a muchos hábitos del día a día. Las personas quieren llevar a cabo una vida más saludable y respetuosa con el medio ambiente, tanto para el presente como de cara al bienestar futuro, incluso cuando ellas ya no estén en el mundo terrenal. Así nace la idea del funeral ecológico, un concepto diferente que sigue esta línea de sostenibilidad y en el que la organización corre a cargo del propio protagonista, que tiene la opción de organizar, junto a su compañía de seguros, una despedida diferente y concienciada con el planeta.
La premisa de este tipo de velatorio es utilizar elementos y realizar actuaciones que reduzcan la influencia negativa sobre el entorno. Tanto los materiales utilizados como las maniobras llevadas a cabo siguen esta idea, pues todo influye en el objetivo de la conservación. Desde la perspectiva moral, es un evidente compromiso con la sociedad futura y un mensaje de solidaridad y respeto que se aprecia en muchos detalles si se realiza una comparación con el modelo tradicional.
Materiales ecológicos
El funeral ecológico utiliza féretros que han sido elaborados con madera de certificación ecológica, con barnices de base acuosa y textiles de fibra natural que reducen notablemente el impacto en su fabricación. El uso de materiales naturales o reciclados también se aprecia en las urnas, que son biodegradables y están preparadas para una función posterior. El papel reciclado, además, está presente en todas las fases del proceso; mientras que las sábanas utilizadas para cubrir a la persona difunta están producidas, en su totalidad, con fibra natural que no ha requerido de elementos tóxicos para su fabricación.
Otra de las diferencias entre el funeral ecológico y el tradicional es el recurso a una decoración mediante ornamentos vegetales, que evita el recurso a flores que están destinadas al olvido, así como a metales o plásticos contaminantes. El fin último es la reducción general de los productos utilizados, poniendo un acento especial en aquellos que son tóxicos; y sin olvidar la posibilidad de utilizar energías renovables en todo el proceso.
Una despedida más natural
La persona puede organizar su funeral de acuerdo a criterios ecológicos, mediante una planificación previa que persigue esta idea en diferentes vertientes. Por un lado, huye de los derroches y de los servicios innecesarios que podrían implicar consecuencias negativas para el entorno. En la otra vertiente está el tipo de despedida y aquí se entra en un terreno moral y personal. El objetivo es despedir a la persona mediante un estilo más informal, en el que se aporta naturalidad al normal ciclo de la vida y la muerte.
Entre las acciones llevadas a cabo en un funeral ecológico está la de plantar un árbol en memoria de la persona fallecida. Es su última aportación para el planeta, un recuerdo imborrable y que permanecerá en el planeta durante muchos años; y un recordatorio para generaciones posteriores.
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