Actualizado: 27/05/2021
En la naturaleza está en muchas ocasiones la respuesta a grandes desafíos. Lo confirma el trabajo de muchísimos equipos científicos. A estos se acaban de sumar los expertos de la Universitat Rovira i Virgili, que han desarrollado un innovador sistema inspirado en las hojas de los árboles que produce energía limpia diez veces más rápido que la biomasa.
Pilas autorrecargables para teléfonos móviles, tabletas, portátiles y, por qué no, vehículos e incluso viviendas, figuran entre los potenciales usos a futuro de este mecanismo, que podría tener recorrido si saltara al mercado como sustituto de baterías solares de pequeño formato. Es, al menos, lo que anticipan desde el Departamento de Ingeniería Química de esta universidad, que ha trabajado en este proyecto bajo el liderazgo de Ricard García-Valls.
Pero antes de llegar a la meta esperada, en el punto de partida hay, ni más ni menos, que hojas de árboles. Y es que en la inspiración, emulación y mejora de sus propias funciones está el secreto del éxito de este sistema. Tal y como explica la universidad, imitando y sacando todo su jugo a la fotosíntesis se ha diseñado un prototipo único. Aunque ya existen aproximaciones en este terreno, ninguna había alcanzado la velocidad de producción de energía de este sistema. Con esto, aseguran los expertos, se optimizará el proceso de captación de CO2 y se obtendrá más energía limpia.
Para ello ha sido necesario emular el proceso por el que los árboles absorben CO2. En este terreno, los expertos dieron forma a una membrana a base de poros de hojas artificiales, que es por donde penetra el CO2. Gracias a su tamaño y a algunos de los compuestos aplicados, estos poros consiguen capturar las moléculas de dióxido de carbono, tal y como ocurre en la naturaleza, pero mejor. Esta tecnología aumenta la capacidad de acumulación respecto a los árboles en entre cuatro y diez veces.
Un paso más allá en el invento, mientras que en los árboles el CO2 se convierte en materia orgánica, en el dispositivo diseñado se consigue metanol o ácido fórmico. Con esto, explican los científicos, se abre la puerta a fabricar combustible limpio sin impactos al medioambiente y de forma más óptima que con la biomasa. De hecho, los expertos estiman que esta solución supera en diez veces a la anterior en cuanto a producción.
Tras el descubrimiento, la creación del prototipo de este dispositivo y su puesta en práctica, los investigadores han patentado el avance. Sin embargo, el trabajo continúa, ahora para optimizar el sistema y explorar cuánto es capaz de dar de sí.
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