En el cantón suizo del Tesino funciona una de las plantas fotovoltaicas más longevas de Europa. La planta, con 288 módulos en una superficie de casi 500 m2, lleva generando electricidad desde 1982. Hoy en día sigue funcionando.
La planta solar Ticino Solare funciona en el tejado del edificio de una escuela técnica cerca de Lugano. El 13 de mayo de 1982, la planta orientada al sur suministró por primera vez electricidad a la red. La potencia instalada es de diez kilovatios, una cantidad extraordinaria para la época.
Celebra este año su 40º aniversario, fue la primera de Europa en conectarse a la red eléctrica.
El estado, el color y la potencia de las células solares se comprobaban y medían periódicamente. Un examen realizado tras 35 años de funcionamiento concluyó que las células presentaban desgaste.
Esto incluía corrosión, puntos calientes, así como grietas en las células o defectos en los cables de conexión. Sin embargo, la mayoría de los módulos seguían funcionando bien y seguían proporcionando al menos el 80% de la potencia total, confirma Mauro Caccivio, que dirige el laboratorio fotovoltaico de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Supsi, en Tesino.
La electricidad no era barata: «El precio por vatio de los módulos Tiso era 100 veces superior al actual, y las células solares se fabricaban con los residuos de silicio de la industria electrónica«.
El Tour de Sol, la primera carrera con vehículos de energía solar, dio un impulso a la fotovoltaica en Suiza, cuenta Caccivio en una entrevista con la revista suiza Energeia.
Según fabricantes como la empresa suiza Megasol, la vida útil prevista de las plantas solares es de 50 años o más. Mientras tanto, Ticino Solare sigue dando energía y más energía.
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