La transición hacia los vehículos eléctricos es un tema de gran relevancia en la actualidad, especialmente para aquellos interesados en la ecología, la sostenibilidad y las energías renovables. Sin embargo, pese a los esfuerzos globales por promover esta tecnología, existe un obstáculo que ha sido identificado en Estados Unidos y en otros países: la resistencia de algunos concesionarios a vender estos vehículos. Este fenómeno no solo está vinculado a la estructura de los concesionarios y sus márgenes de ganancia, sino también a cuestiones de formación y cultura empresarial.
Los incentivos económicos para no vender vehículos eléctricos
Una de las razones principales por las cuales los concesionarios no parecen interesados en vender vehículos eléctricos es económica.
Tradicionalmente, los concesionarios han dependido en gran medida de los servicios de mantenimiento postventa para generar ingresos. Los vehículos con motores de combustión interna (ICE) requieren un mantenimiento más frecuente y costoso en comparación con los vehículos eléctricos, que prácticamente no necesitan revisiones regulares.
- Los coches de combustión interna requieren cambios de aceite, reemplazo de filtros y otras reparaciones rutinarias, lo que proporciona ingresos recurrentes para los concesionarios.
- Los vehículos eléctricos, por otro lado, tienen menos piezas móviles y no necesitan estos servicios frecuentes, lo que reduce significativamente las oportunidades de ganancia en el servicio postventa.
Esto explica por qué algunos concesionarios, especialmente en ciertas regiones de Estados Unidos, parecen desinteresados en promover la venta de vehículos eléctricos. De acuerdo con un estudio realizado por CDK Global, el 49% de los concesionarios entrevistados en Estados Unidos no desean vender vehículos eléctricos, y en estados del sur como Alabama, Mississippi, Tennessee y Kentucky, solo el 12% expresó entusiasmo por vender estos autos.
La falta de infraestructura de carga como excusa
Otro argumento que los concesionarios suelen esgrimir para desincentivar la venta de VE es la presunta falta de infraestructura de carga adecuada. Sin embargo, esta percepción no está completamente fundamentada. En la actualidad, se están instalando más de 1.000 estaciones de carga rápida (DC) semanalmente en Estados Unidos, lo que significa que la red de carga está creciendo rápidamente, no solo en California, sino en todo el país. Además, existe un gran número de estaciones de carga más lentas (AC) que complementan esta infraestructura.
El desarrollo de la infraestructura de carga es crucial para convencer a los consumidores de que un vehículo eléctrico es una opción viable, especialmente en regiones rurales donde las distancias entre ciudades son mayores. Sin embargo, la expansión de estas redes de carga está ocurriendo de manera constante, por lo que este argumento cada vez tiene menos peso.
Falta de formación y capacitación en los concesionarios
El estudio de CDK Global también revela que solo el 24% de los equipos de ventas en los estados del sur de Estados Unidos ha recibido la capacitación necesaria para vender vehículos eléctricos. Esto contrasta con la situación en Nueva Inglaterra, donde el 83% de los concesionarios ha sido capacitado y muestra un mayor entusiasmo por la venta de estos vehículos.
La falta de capacitación adecuada es un problema que no solo afecta la disposición de los vendedores a promocionar los vehículos eléctricos, sino también su capacidad para educar a los consumidores sobre los beneficios y características de estos vehículos. En regiones donde los concesionarios han sido debidamente capacitados, como en Nueva Inglaterra, se observa un mayor interés en la venta de VE, lo que demuestra una clara correlación entre la formación y el entusiasmo por adoptar esta tecnología.
El futuro de los concesionarios
Desde una perspectiva ecológica, el avance de los vehículos eléctricos representa una oportunidad única para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, que son responsables de una parte importante del calentamiento global. Los vehículos eléctricos producen cero emisiones durante su funcionamiento, y su integración con fuentes de energía renovable, como la energía solar, amplifica aún más su impacto positivo en el medio ambiente.
Un aspecto clave es la posibilidad de que los usuarios de vehículos eléctricos generen su propia energía renovable, como es el caso del sistema solar mencionado en la transcripción, que produce alrededor de 111 kilovatios-hora (kWh) al día, generando incluso un excedente financiero. Al utilizar paneles solares para cargar sus vehículos, los propietarios de VE pueden reducir drásticamente su huella de carbono y, en algunos casos, obtener beneficios económicos adicionales.
Una transición inevitable
A medida que la tecnología de los vehículos eléctricos continúa mejorando —con mayores densidades de energía en las baterías, aumentos en la autonomía y reducciones en los precios—, la demanda de estos vehículos seguirá creciendo. Los concesionarios que se resistan a adaptarse a esta realidad podrían verse desplazados en un futuro no muy lejano, tal como ha sucedido con otros sectores industriales que no han sabido adaptarse a los cambios tecnológicos.
El futuro de la movilidad está alineado con los principios de sostenibilidad y ecología, y los vehículos eléctricos son una pieza fundamental en este proceso. Es esencial que tanto los concesionarios como los consumidores reconozcan los beneficios a largo plazo de esta tecnología y se preparen para un futuro más limpio y eficiente.
Carlos Jesús Arnold Pérez dice
Cómo siempre por encima de intereses económicos de algunos se trata de no hacer cambios que beneficien a la mayoría, en este caso con las nuevas tecnologías de autos eléctricos con el fin de cuidar el medio ambiente que es algo crucial para las futuras generaciones