Con la instalación de un sistema de célula de combustible impulsado por amoníaco en 2024, el Viking Energy de Eidesvik Offshore se convertirá en el primer buque de suministro en el mundo en navegar largas distancias sin emisiones de gases de efecto invernadero. Las pruebas se llevarán a cabo mientras el buque esté bajo contrato con Equinor.
Después de 17 años de navegación continua para Equinor, la compañía energética ha otorgado al Viking Energy cinco nuevos años de servicio en el Mar del Norte. Además de proporcionar un trabajo importante para el propietario del buque, Eidesvik Offshore, el contrato también desencadena un innovador proyecto de investigación y desarrollo para probar tecnología de cero emisiones a bordo del Viking Energy.
Un combustible para el futuro
“Junto con Equinor, estamos lanzando un proyecto de investigación a gran escala para probar una solución de propulsión basada en células de combustible que funcionen con amoníaco puro y libre de emisiones. El objetivo es instalar módulos de células de combustible con una potencia total de 2 MW a bordo del Viking Energy en 2024. Esto convertirá al buque en el primer buque de suministro libre de emisiones del mundo”, afirma Jan Fredrik Meling, CEO de Eidesvik Offshore.
En la industria marítima, el hidrógeno y el amoníaco son considerados los dos principales candidatos como combustibles de cero emisiones para el futuro del transporte marítimo. Hoy en día, muchos creen que el amoníaco representa la mejor opción para viajes largos, como las rutas de suministro en el Mar del Norte, donde los barcos necesitan llevar grandes cantidades de combustible.
“En la industria, el amoníaco se considera una parte importante de la solución para reducir la huella climática del tráfico marítimo y otros segmentos del transporte marítimo. Nosotros compartimos esa visión”, dice Vermund Hjelland, Vicepresidente de tecnología y desarrollo en Eidesvik Offshore.
Proyecto de cinco años
Los otros socios principales en el proyecto de investigación de cinco años son Wärtsilä, que suministra la tecnología de potencia y los sistemas para el almacenamiento y distribución de amoníaco, Prototech, que suministra el sistema de célula de combustible, y NCE Maritime CleanTech, que coordina el proyecto con la Unión Europea.
“Eidesvik y Wärtsilä han mantenido una colaboración industrial particularmente estrecha durante varios años. Wärtsilä ha proporcionado soluciones tecnológicas en todas las etapas del desarrollo de Eidesvik, desde el GNL en 2003, pasando por las soluciones de célula de combustible e híbridas, hasta el enfoque actual en el amoníaco. La colaboración con Wärtsilä ha sido muy importante para llegar a donde estamos hoy”, confirma Hjelland.
La investigación sobre el amoníaco en el Viking Energy tiene un presupuesto total de 230 millones de coronas noruegas (aproximadamente 19 millones de euros), de los cuales una parte significativa está financiada con fondos de la Unión Europea. Los socios también mantienen un buen diálogo con Innovación Noruega y Enova, de quienes esperan recibir más apoyo.
“Como parte de las pruebas, el buque utilizará amoníaco en tránsito entre el puerto y las instalaciones en alta mar durante un año. Además, prevemos que el amoníaco se utilizará para alimentar el buque cuando esté atracado en el muelle. Nuestra ambición es que entre el 60 y el 70% del consumo de energía provenga del amoníaco durante el período de prueba. Además, queremos demostrar que la tecnología puede suministrar hasta el 90% de la demanda total de energía”, explica Hjelland. Añade que el consumo de energía restante a bordo será alimentado por GNL, que ha sido el principal combustible del Viking Energy desde 2003.
Importante contribución de Equinor
El armador Eidesvik siempre ha tenido una visión clara de quemar la menor cantidad de combustibles fósiles posible y ha sido pionero en la implementación de nuevas tecnologías ambientales tanto en nuevas construcciones como en la flota existente. Con su enfoque actual en el amoníaco, la compañía está a la vanguardia en la búsqueda de cero emisiones, y tener al Viking Energy como buque de prueba fue una elección natural. No solo fue el primer buque de suministro en el mundo alimentado por GNL cuando se entregó en 2003. En 2016, también se convirtió en el primer buque de suministro híbrido con la notación de clase «Battery Power» de DNVGL.
“Equinor ha hecho una contribución importante a estos hitos al contratar al ‘Viking Energy’ durante un total de 22 años. Estuvieron con nosotros cuando invertimos en GNL, más tarde cuando incorporamos la batería, y ahora cuando apostamos por el amoníaco. Eidesvik está muy complacido de que Equinor tenga un claro deseo y disposición para contribuir al desarrollo de una industria marítima y de alta mar más limpia y respetuosa con el medio ambiente. El hecho de que la compañía haya elegido a Eidesvik y al Viking Energy como socios marítimos y buque de prueba en este proyecto, dice mucho sobre la cooperación que hemos tenido durante todos estos años”, comenta Meling.
“La evolución lleva tiempo”
Un reconocimiento de que el trabajo de desarrollo lleva tiempo ha sido siempre fundamental en el enfoque duradero de Eidesvik en la investigación y las nuevas tecnologías.
“No fue el Apollo 1 el que aterrizó en la luna, fue el Apollo 11. Un programa de desarrollo a largo plazo estuvo detrás de ese logro, y lo mismo sucede con nosotros”, señala Jan Fredrik Meling.
“El proyecto de amoníaco en el Viking Energy no habría sido posible sin la investigación y las pruebas que hemos realizado previamente, ni sin el compromiso y los esfuerzos de nuestros marineros. El proyecto Fellowship a bordo del ‘Viking Lady’ de 2009 a 2015 es uno de los pilares. Allí probamos tanto la tecnología de células de combustible como el paquete de baterías, junto con Wärtsilä y DNVGL. La tecnología que entonces estaba en fase de investigación se ha convertido ahora en un ‘producto en el mercado’, y hoy en día varias compañías petroleras están exigiendo paquetes de baterías en sus licitaciones. Estamos contentos y orgullosos de haber contribuido a que nuevas soluciones estén disponibles para todos, en beneficio de una industria marítima más eficiente energéticamente y respetuosa con el medio ambiente”, concluye Hjelland.
Vía eidesvik.no
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