Actualizado: 23/04/2021
Aunque la agricultura ha sido una práctica que desde hace siglos ha estado presente en nuestras sociedades, existe un tipo de práctica agraria más reciente que ha cobrado auge por su carácter más apegado a lo natural y también ha sido objeto de debates y polémica: La agricultura biodinámica.
Esta clase de agricultura se caracteriza por emplear de forma responsable los recursos naturales, evitando la utilización de sustancias químicas, fertilizantes, pesticidas o transgénicos y demás compuestos artificiales y tóxicos. Pero más allá de su carácter netamente ecológico, la principal característica de la agricultura biodinámica es que se basa en un aspecto espiritual de la relación entre el ser humano y la tierra como un ser con vida propia, basado en fuerzas cósmicas.
Dentro de esta práctica se considera a la tierra, las plantas, los animales y el hombre como un todo que debe trabajar en armonía, y que cada uno de estos se conecta entre sí recibiendo la influencia de fuerzas naturales, el sol y la luna. Quienes siguen sus métodos defiende la existencia de influencias del cosmos en el comportamiento y desarrollo de los seres vivos y de la tierra. Este enfoque de la agricultura biodinámica la coloca dentro de las ramas de la antroposofía.
De hecho, el adjetivo “biodinámica” se compone a partir de los vocablos griegos “bios” que significa vida y “dynamis” que significa fuerza. Es una agricultura que trabaja con las fuerzas que dan vida a la tierra. Quienes practican esta forma de agricultura aseguran que a través del conocimiento holístico se puede determinar el mejor momento para la siembra y cosecha de los cultivos, consiguiendo plantas y frutos de mejor calidad.
Orígenes de la agricultura biodinámica.
Este movimiento tuvo sus inicios durante una serie de conferencias realizadas por el filósofo de origen austríaco Rudolf Steiner en la década de 1920, a las cuales se sumaron decenas de agricultores europeos preocupados por la disminución de la calidad y fertilidad de la tierra.
Los principios de la agricultura biodinámica se fundamentan en el uso de sustancias vegetales, animales y minerales, bajo preceptos esotéricos, que toman en cuenta la alineación planetaria y las fases de la luna para efectuar cualquier trabajo agrícola, aunque se trata de creencias no comprobadas por la comunidad científica. Esto le ha hecho blanco de muchas críticas, incluso muchos especialistas agrícolas la han calificado como algo supersticioso, e incluso la han tildado de superchería.
Sin embargo, es innegable los beneficios ecológicos de este sistema que solo utiliza técnicas naturales y sanas de agricultura, con la supresión de materiales químicos, control de plagas con uso de sustancias inofensivas, se propician condiciones de equilibrio natural para la alimentación de plantas y animales, conservación máxima de suelos y aguas, entre otras condiciones que le dan ventajas sobre la agricultura tradicional. De hecho cada vez más gente en el mundo se apunta a llevar una alimentación más sana y ecológica, por lo que esta técnica está en crecimiento.
En este sentido, el movimiento de agricultura biodinámica en todo el mundo posee un sistema que comercializa sus alimentos estableciendo su calidad nutritiva con una marca registrada, y además, sus productos se certifican con el sello de calidad “Demeter” y llevan el sello oficial de la agricultura ecológica.
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