Los huertos circulares son una alternativa de producción que se está aplicando actualmente en sur del Tolima, Colombia. Una forma de luchar contra el cambio climático.
- Agricultura en círculos, no en líneas.
- Mejora suelo, retiene agua, aguanta calor.
- Basado en conocimientos indígenas.
- Bajo costo, fácil de replicar.
- Genera alimento, comunidad, sostenibilidad.
- Fuerte identidad cultural y territorial.
- Solución concreta al cambio climático local.
Los huertos circulares son una técnica agrícola tradicional rescatada y adaptada por comunidades del sur del Tolima, Colombia, como una respuesta concreta frente al cambio climático. Esta forma de cultivo, basada en la cosmovisión indígena Pijao, permite una producción sostenible, resiliente y alineada con los ritmos de la naturaleza.
Una solución local con resultados globales
Esta técnica, lejos de ser experimental, ha demostrado ser altamente efectiva en zonas de altas temperaturas y suelos degradados. En un contexto donde las sequías, la pérdida de fertilidad y el calentamiento global presionan la agricultura tradicional, los huertos circulares se posicionan como una respuesta viable y eficiente.
Ventajas clave del sistema circular:
- Acelera la producción agrícola, ya que mejora las condiciones del suelo desde el inicio.
- Aumenta la biodiversidad de cultivos, lo que mejora la resistencia a plagas.
- Regula el microclima local, generando sombra, humedad y viento controlado.
- Fortalece el tejido social, promoviendo el trabajo colectivo y el conocimiento compartido.
- Recupera prácticas ancestrales, adaptadas al presente con un enfoque agroecológico.
Cómo se construye un huerto circular
El proceso comienza con la selección de un terreno plano y con buen drenaje. A partir de un punto central, se trazan circunferencias de radios alternos (90 cm, 60 cm, 130 cm…), que se van ampliando según el espacio y necesidades. Se construyen camellones (montículos de tierra) y zanjas que mejoran la aireación y retención de agua.
La tierra extraída se enriquece con materia orgánica y se cubre con mantillo de bosque, lo cual potencia la vida microbiana. Las plantas, al crecer sobre este suelo revitalizado, desarrollan raíces más fuertes, resisten mejor el calor y aprovechan mejor el agua.
Una estructura duradera y adaptable
El diseño circular no es solo simbólico. Esta forma distribuye de forma natural la humedad, facilita la rotación de cultivos y requiere menos esfuerzo para su mantenimiento. Además, se adapta fácilmente a distintos climas y tipos de suelo, lo que la convierte en una herramienta versátil para enfrentar condiciones extremas.
La ingeniería detrás del huerto circular —aunque simple— es fundamental: combina el manejo de pendientes, el control de la erosión, la retención de sedimentos y la circulación eficiente del agua.
Más que alimento: identidad y resistencia
Este sistema de cultivo se integra con las tradiciones culturales y alimentarias de cada comunidad. No se impone un modelo único; al contrario, cada huerto circular refleja la identidad de su gente, sus saberes y su relación con el entorno.
Es una forma de resistir frente al abandono rural y al modelo agrícola industrializado. La comunidad cultiva sus propios alimentos, cría animales, y fortalece su autosuficiencia. En tiempos de crisis alimentaria, esto representa una forma de resistencia pacífica y productiva.
Los huertos circulares no son solo una solución para una región específica. Su lógica puede ser replicada en distintos contextos rurales e incluso urbanos. Estos sistemas:
- Disminuyen la dependencia de agroquímicos.
- Promueven la soberanía alimentaria.
- Regeneran suelos degradados.
- Fomentan el uso de recursos locales.
- Mitigan el impacto del cambio climático.
A nivel global, su implementación masiva podría reducir significativamente las emisiones del sector agrícola, restaurar ecosistemas dañados y empoderar a comunidades locales para que sean autosuficientes y resilientes.
¿Qué podemos aprender?
- El conocimiento ancestral sigue vigente: las prácticas tradicionales pueden ofrecer soluciones actuales a problemas complejos.
- Sostenibilidad no significa alta tecnología: muchas veces, lo simple, bien hecho, es más eficaz.
- La comunidad importa: cuando las soluciones son colectivas, su impacto se multiplica.
- Cada territorio tiene su respuesta: no hay una sola forma de producir alimentos de forma sostenible. Adaptarse al entorno es clave.
- La ecología empieza en casa: cultivar, compostar, entender el suelo, son gestos diarios que pueden escalar.
Los huertos circulares nos recuerdan que el futuro no siempre se encuentra adelante. A veces, está en lo que ya sabíamos, pero habíamos olvidado.
Farouk dice
Excelente Sres.
Alejandra dice
Me ha conmovido el corazón, veo a mi gente haciendo lo que debemos hacer todos con lo que tenemos, sin tener que buscar al lado.
Solo con lo que tenemos podemos hacer grandes cosas.
Mis felicitaciones.
Felipe dice
Arquitectónicamente puede ser muy estético, pero cuáles y por que sería las ventajas. Se han estudiado antes o es solo una tradición de la cultura ancestral de la localidad. Mantener el pensamiento crítico y no permitir que nuestros principios se contamine con sectas.
Carlos dice
Cuál es la ventaja exactamente de construir un huerto circular en comparación con tener los surcos rectos en paralelo? Un saludo, gracias y enhorabuena por la página.